El Papa Francisco ayudó a nuestras naciones a reunirse en el diálogo. Es importante continuar promoviendo el diálogo y el encuentro entre nuestros pueblos y naciones vecinas
(C. Doody/Agencias).- El hecho de que Trump haya dado marcha atrás en la apertura hacia Cuba impulsada por Obama ha merecido un toque de atención de los obispos estadounidenses. Ante el plan del republicano de mantener en vigor las sanciones a la isla, los prelados le han recordado que «los derechos humanos y la libertad religiosa solo se fortalecerán en Cuba mediante más cooperación» entre los dos países, no menos.
La conferencia expresó pesar por que la re-congelación parcial de las relaciones Cuba-EEUU resulte en una menor interacción entre el pueblo estadounidense y cubano, si bien es cierto que los obispos agradecieron la preocupación de Trump por la situación de los derechos humanos en la isla.
El obispo Oscar Cantú, de la Diócesis de Las Cruces, Nuevo México, y presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la USCCB, se dijo «entristecido» por la decisión de Trump de reducir el intercambio bilateral entre los otrora rivales.
En una declaración difundida por la USCCB, Cantú recordó que la Conferencia ha sostenido que los derechos humanos como la libertad religiosa se fortalecerán sólo mediante una mayor interacción, no menos, entre el pueblo cubano y el norteamericano.
«Durante décadas hemos pedido que se levante la prohibición de viajar a Estados Unidos y el embargo contra Cuba», dijo, aludiendo la prohibición unilateral impuesta por Estados Unidos más de medio siglo atrás para conducir transacciones comerciales con la Isla.
El viernes pasado Trump anunció la cancelación de la política de apertura y acercamiento con Cuba establecida por el presidente Barack Obama con ese gobierno, y dijo que su administración mantendrá en píe el régimen de sanciones hasta que se liberen a todos los presos políticos y haya elecciones libres en la isla.
Pese a esa regresión, Estados Unidos mantendrá relaciones diplomáticas con la isla y su embajada en La Habana permanecerá abierta, y Trump explicó que la nueva política significará el cumplimiento estricto de las leyes de Estados Unidos.
Cantú instó que, a medida que se implemente la nueva política, Trump considere las ramificaciones que los cambios tendrán sobre muchos cubanos que han aprovechado nuevas oportunidades para apoyar a sus familias en la isla.
«El presidente tiene razón, persisten graves problemas de derechos humanos. El gobierno cubano debe ser instado a respetar las libertades religiosas y a extender mayores derechos sociales, políticos y económicos a todos los cubanos», indicó el prelado.
Cantú coincidió igualmente con la postura del mandatario en el sentido de que los frutos de la inversión en Cuba deben beneficiar a los individuos y las familias, y no a las fuerzas de seguridad.
«El Papa Francisco ayudó a nuestras naciones a reunirse en el diálogo. Es importante continuar promoviendo el diálogo y el encuentro entre nuestros pueblos y naciones vecinas», dijo, aludiendo la mediación que tuvo la Santa Sede en las pláticas secretas que resultaron con el histórico anuncio de agosto del 2015.