La Palabra de Dios nos ofrece elementos para creer en una salida a esa crisis moral, ética e inclusive ambiental y ecológica
(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- La Iglesia Católica se ha convertido en Brasil en uno de los principales contrapuntos a las políticas del gobierno Temer. Constantemente, son muchos los obispos brasileños, inclusive el propio Presidente del episcopado, que se muestran claramente contrarios a las medidas que van contra los derechos adquiridos durante treinta años de vida en democracia.
Junto con los obispos, las Pastorales Sociales participan de esa actitud crítica. Una de esas pastorales es la Comisión Pastoral de la Tierra, cuyo Presidente, Monseñor Enemésio Lázzaris, nos ayuda en esta entrevista a profundizar en la realidad que vive Brasil, sumido en una profunda crisis ética y de valores, que ha provocado que la población no encuentre referencias válidas.
El obispo de Balsas, estado de Maranhão, reflexiona también sobre las últimas matanzas de campesinos, perpetradas en los últimos meses, sobre la situación de la Amazonia y sobre el papel de la REPAM, Red Eclesial Pan Amazónica, en la defensa de los pueblos de la región.
En sus últimas manifestaciones, los obispos de Brasil se muestran contrarios a las políticas del gobierno brasileño. ¿Qué es lo que está pasando en Brasil?
Lo que está pasando en Brasil es una profunda crisis ética, una crisis de valores, que hace que la sociedad en general no encuentre las referencias necesarias para encontrar un rumbo, una salida. La cuestión de la corrupción, la preocupación consigo mismo, la malversación del dinero público, que se da en todos los niveles, hasta el punto de poder decir que es algo endémico y generalizado, nos obliga a entender y enfrentarnos con esa realidad.
No podemos comportarnos de manera simplista, pensar que es una situación igual que otras que ya sucedieron, pues ésta es una situación muy especial, que requiere nuestra atención, en la que es necesario profundizar, conocer.
Creo que nosotros como líderes religiosos, como pastores, como obispos, como cristianos, como Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, necesitamos ayudar a la gente a descubrir una salida para esa situación, bien sea económica o políticamente. No podemos desesperarnos ni ser pesimistas, pues la Palabra de Dios nos ofrece elementos para creer en una salida y mostrar caminos para la superación de esa crisis moral, ética e inclusive ambiental y ecológica, pues el medio ambiente está comprometido en este momento.
En los últimos meses se produjeron dos matanzas de campesinos que han repercutido bastante en la opinión pública. Como Presidente de la Comisión Pastoral de la Tierra, que acompaña esas realidades, ¿qué reacción surge como cristiano y como obispo?
En 35 días fueron asesinadas 25 personas. Las masacres de Colniza, Mato Grosso, y de Pau D’arco, Pará, nos llevan a pensar una vez más en la cuestión agraria y de la tierra mal repartida. Hay un deseo de acaparar tierra, hay un incentivo del gobierno para que el agronegocio y los latifundios aumenten cada vez más, para que cada vez menos personas tengan más tierra.
El aumento de los conflictos y de la violencia siempre tienen lugar en momentos de incertidumbre. Cuando Lula comenzó su gobierno, en 2003, y a partir del año pasado con la actual inestabilidad política y económica, quien está en la base se organiza y reacciona de la forma que puede, pues el centro de atención de las miradas está en Brasilia y el pueblo está condenado a su propia suerte.
Frente a esto los grandes proyectos del agronegocio se van armando, inclusive con milicias armadas, para poder atacar a aquellos que están defendiendo un pedazo de tierra. Es una cuestión realmente dolorosa, lamentable. Si el sistema judicial y el Estado no están más próximos y dejan que la impunidad continúe, esos ataques, esas masacres van a continuar sucediendo.
¿Cómo es la relación de la Comisión Pastoral de la Tierra con los movimientos sociales?
La Comisión Pastoral de la Tierra siempre tuvo una buena relación con el Movimiento Sin Tierra, hay entidades y compañeros con quienes tenemos una colaboración más directa y efectiva. Por ejemplo, con la Vía Campesina, la CPT tiene una unión muy fuerte. Hemos hecho algunas acciones conjuntas como manifestaciones, el lanzamiento del Cuaderno de Conflictos en el Campo, el año pasado. Aunque cada uno tiene su misión, su propia línea, su actividad típica, la relación es buena.
¿La Comisión Pastoral de la Tierra se siente perseguida por el poder político y económico?
Hasta ahora, en los ocho años que estoy en la CPT, yo nunca tuve ningún problema en relación con persecuciones o amenazas. Pero existen compañeros y compañeras en varios estados, Pará, Maranhão, Rondonia, sobre todo defensores de los Derechos Humanos y de los pequeños propietarios, de la gente del campo, que son amenazados de muerte y que, con un proyecto financiado por Misereor, están recibiendo protección.
El Papa Francisco habla sobre las «Tres T», tierra, techo y trabajo. Que la Tierra esté más repartida, ¿eso va ayudar a una mejor preservación de la Casa Común?
Sin duda, la tierra más repartida y no vista como mercancía haría que hubiese menos conflictos en el campo brasileño y una producción más ecológica, más abundante y una agricultura familiar más desarrollada.
La impresión que se tiene es que el Estado estimula mucho el agronegocio, los grandes proyectos, la gran producción, que lo que pretende es acabar con la agricultura familiar y con el justo reparto de la tierra. Es una lucha para que esa tierra sea realmente de todos y no esté cada vez más concentrada en manos de unos pocos.
Un problema que se está agravando especialmente en la región Amazónica y que nos lleva a pensar en cual será el futuro del Planeta si uno de sus pulmones está siendo cada vez más devastado.
El ser humano no vive sin pulmón, ningún animal vive sin pulmón. Sin el pulmón de la Amazonia verde, el ser humano va acelerando su propio fin. Si no cuidamos de la Casa Común, de la Tierra, de la Naturaleza, para preservar lo que tenemos, iremos anticipando el fin de la vida sobre el Planeta.
Son necesarias medidas muy rígidas para detener la deforestación, los incendios provocados. Es necesario darse cuenta de que si no se para con esto, todo tipo de vida que existe sobre la Tierra va a acabar.
La Iglesia católica creó la Red Eclesial Pan Amazónica (REPAM) para trabajar la toma de conciencia sobre el cuidado de la Casa Común y de la vida en la Amazonia ¿Cómo puede ayudar la REPAM en ese sentido y hasta qué punto es considerada importante dentro de la propia Iglesia católica?
La REPAM fue creada en conjunto por todos los países que componen la Amazonia Continental, la Amazonia Legal, en septiembre de 2014, como una petición del Papa Francisco, poco antes de la Laudato Si’, aunque podríamos decir que es un fruto de esta encíclica sobre el Cuidado de la Casa Común.
Ya se están llevando a cabo cosas muy interesantes. En todos los nueve estados que componen la Amazonia brasileña se han organizado seminarios sobre la Laudato Si’, sobre el cuidado de la Casa Común y se están organizando los post seminarios.
La REPAM llega como una entidad que engloba todas las Pastorales Sociales, todos los grupos y movimientos de la Amazonia Legal, de la Amazonia Continental, no sólo para defender el medio ambiente, la naturaleza, la floresta, las aguas… sino que la REPAM quiere ser sobre todo una fuerza para los pueblos, para asegurar la vida de los pueblos que viven en la región, los pueblos originales, indígenas, comunidades descendientes de esclavos, ribereños, recolectores…
La REPAM quiere dar continuidad a lo que la Comisión Pastoral de la Tierra y el Consejo Indigenista Misionero ya están haciendo, queriendo sumar una nueva fuerza para poder articularse y hacer más cosas por el clima, por el territorio, por las personas.
Otros titulares:
Esta crisis es una situación muy especial que requiere nuestra atención
Si el sistema judicial… no está más próximo y deja que la impunidad continúe… esas masacres (de campesinos) van a continuar sucediendo
Existen compañeros y compañeras en varios estados… sobre todo defensores de los Derechos Humanos… que son amenazados de muerte
Sin duda, la tierra más repartida y no vista como mercancía haría que hubiese… una producción más ecológica
Es una lucha para que esa tierra sea realmente de todos y no esté cada vez más concentrada en manos de unos pocos
Si no cuidamos de la Casa Común, de la Tierra, de la Naturaleza, para preservar lo que tenemos, iremos anticipando el fin de la vida sobre el Planeta
La REPAM quiere ser sobre todo una fuerza para los pueblos, para asegurar la vida de los pueblos que viven en la región, los pueblos originales, indígenas, comunidades descendientes de esclavos, ribereños, recolectores…
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