La concreción de la visita estaría condicionada a la pacificación política y social en el país
(J. B./Télam).- Entre septiembre y enero próximos, el Papa Francisco viajará en dos ocasiones a Latinoamérica. Primero, a Colombia; después, a Chile y Perú. Y, de nuevo, Argentina, la patria de Bergoglio, quedará fuera del programa. ¿Por qué?
El presidente argentino, Mauricio Macri, ha querido rebajar la tensión, asegurando que «en mi última visita al Papa le dije que siempre está invitado, que no lo sienta como una presión, que a los argentinos nos encantaría recibirlo en el país, pero que él disponga cuando considere que es el momento adecuado».
Del mismo modo, y tal y como publicó La Nación, Jorge Bergoglio no descarta visitar la Argentina durante el próximo año, en lo que sería su primer viaje al país desde que fue elegido Papa, aunque la concreción de la visita estaría condicionada a la pacificación política y social en el país.
Hasta hace unos meses la diplomacia vaticana trabajaba en una gira que incluía la Argentina, Chile y Uruguay y que se realizaría en noviembre. Sin embargo, el calendario electoral chileno (hay presidenciales el 19 de noviembre) obligó a cambiar los planes.
Los interlocutores argentinos del Papa suelen subrayar su apego a las instituciones, que considera indispensables para el buen funcionamiento de la sociedad. Sin embargo, predomina más la crítica a su supuesto discurso demagógico, aunque no ha hecho más que ponerles carisma y palabras distintas a posiciones de la Iglesia ya expuestas por Juan XXIII, Paulo VI, Juan Pablo II y hasta por el propio Benedicto XVI. No hay relación que Francisco cuide más que la que mantiene con el papa emérito Benedicto, quien le responde con una fidelidad sin fisuras. La crítica argentina peca de provinciana.