Es un viaje que ciertamente toca una nación herida que vivió una gran polarización, primero entre liberales y conservadores y luego entre la guerrilla y el gobierno
(Cameron Doody).- Cuando resta un día para que el Papa llegue a Colombia, el país está de enhorabuena, con la noticia del alto el fuego bilateral entre el Gobierno y el ELN. Y si bien Francisco viene en un momento histórico para la nación, también es cierto que viene para «activar un proceso en el pueblo», según sostiene Antonio Spadaro. Para transmitir el mensaje de que la paz «no es un objetivo sino una condición para una vida civil sana».
«Es un viaje que ciertamente toca una nación herida que vivió una gran polarización, primero entre liberales y conservadores y luego entre la guerrilla y el gobierno», ha declarado el jesuita a Télam.
El director de la prestigiosa revista La Civiltá Cattolica -además de miembro fijo del séquito que acompaña al pontífice en sus viajes internacionales- ha insistido que lo que tiene que primar en el proceso de construcción de paz que toca ahora en Colombia será la atención y la reparación de las alrededor de ocho millones de víctimas directas o indirectas del conflicto, entre los muertos, heridos y desplazados.
«Esto significa que hay verdaderamente necesidad de sanar una herida», ha subrayado Spadaro. Curación a la que el obispo de Roma aportará su parte cuando escuche a los testimonios de algunos de los seis mil damnificados por la guerrilla que estarán en el ‘Gran encuentro por la reconciliación‘ que tendrá lugar en Villavicencio este viernes.