El gobierno brasileño ya ha dejado claro que está del lado de los que detentan el capital, sin importarle lo más mínimo el sufrimiento de los más pobres
(Luis Miguel Modino, Brasil).- La Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) junto con la REPAM-Brasil han presentado este 28 de septiembre en Brasilia el «Atlas de Conflictos en la Amazonia». La publicación relata los abusos, sufrimientos y muertes contra los pueblos amazónicos en los últimos meses, realidad que también afecta al medio ambiente, a nuestra Casa Común.
Muchos se imaginan la Amazonia como un lugar paradisíaco, pero en realidad es una región «marcada históricamente desde el proceso de su ocupación colonial por diferentes formas de violencia practicadas tanto contra su población nativa, como en las rapiñas a sus bienes naturales, siempre en favor de los países que la dominaron», resalta el texto de la CPT en su introducción.
Una realidad que no ha sido superada, que sigue hasta hoy en día, pues no podemos olvidar que en Brasil, «la mayor disputa por la tierra y los grandes números de personas violentadas están en la Amazonia», resalta el Atlas, superando, en 2014, el 43% de los conflictos. Se trata de un región donde grandes corporaciones capitalistas explotan los bienes naturales, «dejando un perjuicio ecológico gigantesco, además, de un rastro de violencia contra sus habitantes», que siempre estuvieron al margen de cualquier tipo de lucro y fueron víctimas de constantes amenazas y escarnios, generando así un lucro manchado de sangre.
Este Atlas pretende una mejor comprensión «de los desafíos que enfrentamos en esta inmesidad amazónica» y surgió ante «la preocupación creciente con el aumento de los conflictos y de la violencia afectando a los pueblos de la Amazonia«, que sufren las consecuencias del «avance voraz del capital».
Por eso, ante aquellos que «hacen de todo para esconder toda esta violencia«, la CPT pretende dar visibilidad a «todos los procesos de articulación de las luchas de los diversos grupos sociales que reaccionan y se organizan para el enfrentamiento de toda opresión, en busca de una vida digna y del bien vivir».
En la publicación, elaborada «a partir de los datos recogidos por los equipos en sus regionales», aparecen diversos mapas que ayudan a dar visibilidad a estas situaciones de violencia y conflictos en cada uno de los estados de la llamada Amazonia Legal, que engloba nueve estados brasileños, en un territorio que supera en extensión a la mayoría de los países del mundo.
Junto con los mapas y las estadísticas aparecen los relatos que muestran la realidad de cada uno de estos estados, iluminada con fotos y narrativas de situaciones ocurridas en los últimos meses y que ejemplifican la vida de unos pueblos y unas gentes que ya han recibido demasiados palos y que no saben en muchos casos como encontrar caminos ante un futuro que se presenta cada vez más complicado, pues el gobierno brasileño ya ha dejado claro que está del lado de los que detentan el capital, sin importarle lo más mínimo el sufrimiento de los más pobres.
Lo cierto es que este Atlas muestra una vez más que la profecía está presente en la Iglesia brasileña. Como nos dicen las palabras de Don Pedro Casaldáliga, uno de los fundadores de la Comisión Pastoral de la Tierra, en un texto de octubre de 1971, recogidas en el escrito presentado, «No dejamos de ver lo que es bello en la naturaleza o en el progreso de la Amazonia, ni subestimamos lo que el Gobierno de Brasil o los particulares hacen de bueno en esta región infinita. Hay poética publicidad en abundancia para cantar todo eso. Lo que en esta nuestra Amazonia es trágico, lo que en ella se hace erróneamente, o se omite, lo que ya no se puede tolerar más; eso es lo que nosotros -Por deber pastorear y por solidaridad humana- debíamos publicar. Decir la verdad es un servicio. Y el propósito de decir la verdad nos hace libres».
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