Comunidades indígenas, unidas ante los ataques de Temer contra la Amazonía

Pueblos del Río Tapajós: «La Madre Tierra no se negocia, el derecho a la vida no se vende»

"Luchar contra ese sistema que viene imponiendo formas de violencia contra los pueblos indígenas"

Pueblos del Río Tapajós: "La Madre Tierra no se negocia, el derecho a la vida no se vende"
Pueblos del Río Tapajós, unidos LM Modino

Aunque nuestros derechos sean reconocidos constitucionalmente, los mismos no son respetados por los órganos del Estado brasileño, entregando nuestros territorios y nuestros ríos a empresas multinacionales

(Luis Miguel Modino, Brasil).- Los ataques del gobierno brasileño contra la Amazonia y sus pueblos originarios muestran la realidad de sufrimiento a la que uno de los pulmones del planeta se ve sometido. Frente a esa política destructora, poco a poco van surgiendo iniciativas que promueven la organización popular contra los desmanes de quienes están al servicio del capital.

Movidos por esta propuesta, se han reunido este último fin de semana en el municipio de Itaituba, representantes de 14 pueblos indígenas de la Cuenca del Río Tapajós, gravemente amenazado por la construcción de hidroeléctricas de diverso tamaño, al servicio de grandes empresas y que pueden conducir a la aniquilación de esta parte de la región amazónica, así como de los pueblos que en ella habitan.

Junto con los pueblos indígenas se han hecho presentes en este encuentro representantes de diversas instituciones y organismos eclesiales, como la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM), los franciscanos, la Prelatura de Itaituba, el Consejo Indigenista Misionero (CIMI) o la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT).

Como reconocía Monseñor Wilmar Santin, obispo de la Prelatura de Itaituba, este es el primer encuentro que reúne a la mayoría de los pueblos de la Cuenca del Tapajós, lo que desde su punto de vista «es muy importante, pues comienza una unión que nunca hubo de todos los pueblos«.

 

 

A partir de esta unión indígena se puede hacer posible «que ellos se sientan como hermanos y dentro de una fraternidad luchen por sus derechos que están siendo pisoteados en este momento histórico de Brasil». Al mismo tiempo, el obispo reconoce que es un orgullo para la Iglesia que estos pueblos indígenas hayan afirmado en este encuentro que «sin la ayuda de la Iglesia la mayoría de ellos ya tendrían desaparecido«, haciendo que esos pueblos tuviesen esperanza, «pues cuando no tienen esperanza, una de las cosas que van disminuyendo es el número de hijos».

En este sentido, Lourdes Duarte, agente del CIMI en el Estado de Mato Grosso, destacaba que «no nos van a callar, continuaremos en esta lucha, estamos obteniendo victorias y vamos a continuar buscándolas cada vez más», pues como ella misma reconoce «en el momento en que aumenta la toma de conciencia, que aumenta esa capacidad de lucha, de articulación y de unión, nosotros vamos a avanzar cada vez más en la defensa de toda la Amazonia».

Una de las representantes de los pueblos indígenas, Tipuici Manoki, destacaba la importancia del encuentro entre «pueblos que sufren la misma violencia», así como del «diálogo para poder tener más fuerza para luchar contra ese sistema que viene imponiendo todas esas formas de violencia contra los pueblos indígenas«.

Al mismo tiempo, la líder indígena reclama «que sean oídos», pues éste es un derecho reconocido por la propia ley brasileña, pero que el propio gobierno «no quiere cumplir». Por eso, «unidos tendremos más fuerza y como ellos no nos están oyendo estamos dispuestos a luchar», de ahí la importancia del encuentro para unir las fuerzas.

En una carta publicada al final del encuentro, se destaca que «el Río es vida y parte de nosotros. El Río es nuestra despensa porque es de allí que cogemos nuestro alimento, agua y nuestra sobre vivencia, él no puede ser motivo de explotación para el lucro de una minoría de empresas y del capital. Entendemos que los Ríos es un bien común de la humanidad».

Por eso, la misma carta denuncia la política del gobierno, que no entiende que la selva «da la vida para la humanidad», y que «aunque nuestros derechos sean reconocidos constitucionalmente, los mismos no son respetados por los órganos del Estado brasileño, entregando nuestros territorios y nuestros ríos a empresas multinacionales, agro negocio, empresas mineras, madereras, constructoras».

Los pueblos indígenas reclaman en el escrito, «nuestros derechos originarios de vivir de acuerdo con nuestras costumbres tradicionales retirando de la naturaleza apenas lo necesario para el bien vivir», promoviendo una forma de vida que haga posible «el equilibrio entre la naturaleza y el ser humano«, aspecto éste constantemente reclamado por el Papa Francisco en sus discursos y escritos, haciendo así posible el cuidado de la Casa Común.

Ante esta situación «de retrocesos de nuestros derechos», los presentes en el encuentro sólo ven como alternativa ante tamaña destrucción «la unión y la colectividad de los Pueblos de la Cuenca del Tapajós y de toda la Amazonia», reconociendo la «presencia solidaria de la Iglesia como aliada», y afirmando con rotundidad que «la madre tierra no se negocia, el derecho a la vida no se vende».

 


 

Carta del Encuentro de Diálogo de los Pueblos Indígenas y Ribereños de la Cuenca del Río Tapajós de la Red Eclesial Pan-Amazónica

Nosotros, Pueblos indígenas de la Cuenca del Tapajós Munduruku, Munduruku Cara Preta, Arapiun, Tupinambá, Sateré-Mawé, Manoki, Myky, Apiaka, Rikibaktsa, Kayabi, Arara Vermelha, Tupaiú, Borari, Juruna, Comunidad San Luis del Tapajós, Comunidad de San Francisco-Periquito, Movimento Tapajós Vivo, Franciscanos OFM, Miembros de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM), Prelatura de Itaituba, Consejo Indigenista Misionero (CIMI) y Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), reunidos los días 6 a 8 de octubre en el Centro de Formación San José Laranjal, municipio de Itaituba, Estado de Pará, para discutir estrategias y resistencia en la Cuenca del Tapajós y ampliar las alianzas en la Pan-Amazonia.

Reunidos en este encuentro sentimos la importancia de la libertad de los Ríos, y nosotros en conjunto necesitamos ser libres, pues el Río es vida y parte de nosotros. El Río es nuestra despensa porque es de allí que cogemos nuestro alimento, agua y nuestra sobre vivencia, él no puede ser motivo de explotación para el lucro de una minoría de empresas y del capital. Entendemos que los Ríos es un bien común de la humanidad.

El gobierno no sabe lo que significa el Tapajós, la selva y la naturaleza, el gobierno piensa que la selva no hace nada, pero ella da la vida para la humanidad. El Río es como nuestro cuerpo, él tiene nervios por todos los lados, pero si deforestan nuestras nacientes matan nuestro Río, y nos matan.

En ese sentido, nosotros Pueblos de la Cuenca del Tapajós entendemos que somos raíces que forman el Tapajós y unidos seremos más fuertes para continuar nuestra resistencia por el Tapajós; él nos interrelaciona con otros ríos y pueblos de la Cuenca Amazónica en la esperanza de lucha y resistencia en defensa de la vida.

Actualmente, con el proceso de licencia ambiental sin consulta previa, libre e informada de acuerdo con la convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), nosotros nos sentimos amenazados con la invasión de nuestros territorios tradicionales, Unidades de Conservación, Proyectos de Asentamiento de la Reforma Agraria y Comunidades Tradicionales con grandes iniciativas como 43 Hidroeléctricas y más de 160 Pequeñas Centrales Hidroeléctricas en la Cuenca del Tapajós, 24 Estaciones de Transporte y Carga (ETC) en los municipios Aveiro, Itaituba y Rurópolis, Vía Ferrea Ferrogrão, Hidrovías, Empresas Mineras, Madereras, Ampliación de la Carretera Santarém a Cuiabá, Reducción de las Unidades de Conservación, Agro tóxicos, Contaminación de los Ríos y peces en el Tapajós por el Mercurio y la Soja.

Aunque nuestros derechos sean reconocidos constitucionalmente, los mismos no son respetados por los órganos del Estado brasileño, entregando nuestros territorios y nuestros ríos a empresas multinacionales, agro negocio, empresas mineras, madereras, constructoras. Además de eso, en el actual escenario político brasileño circulan iniciativas de ley como la PEC 215, la Tesis del Marco Temporal, el parecer 001/17 de la AGU entre otros, que impiden y violan nuestros derechos originarios de vivir de acuerdo con nuestras costumbres tradicionales retirando de la naturaleza apenas lo necesario para el bien vivir de nuestros pueblos, pues creemos que cogiendo sólo lo que necesitamos de la naturaleza para nuestro bien vivir puede existir el equilibrio entre la naturaleza y el ser humano.

Ante este escenario de retrocesos de nuestros derechos, entendemos que apenas con la unión y la colectividad de los Pueblos de la Cuenca del Tapajós y de toda la Amazonia y con presencia solidaria de la Iglesia como aliada vamos a continuar impidiendo la destrucción de nuestros ríos, matas y de toda la vida existente en el planeta tierra. Por eso estamos contra cualquier tipo de negociación que ponen en riesgo todos los derechos conquistados durante años de lucha por aquellos que entregaron sus vidas para que la nuestra pudiese existir. La madre tierra no se negocia, el derecho a la vida no se vende.

Por tanto, exigimos para toda la Cuenca del Tapajós:

– La demarcación inmediata de los Territorios Indígenas.
– La Titulación y demarcación de los Proyectos de Asentamientos de la Reforma Agraria de las comunidades ribereñas y tradicionales.
– La inmediata paralización de las grandes iniciativas en la Cuenca del Tapajós.

Nuestra lucha es una misma lucha, y nuestra palabra es una misma palabra.

Juntos continuaremos en la defensa de la vida de los Pueblos en la Cuenca del Tapajós.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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