Obispo auxiliar no acudió a legitimar al régimen de Managua en las urnas el 5-N

Daniel Ortega ofende a monseñor Báez llamándolo «bravucón y radical»

El ataque a Báez es el primero de Ortega hacia un obispo en cinco años

Daniel Ortega ofende a monseñor Báez llamándolo "bravucón y radical"
El obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez Agencias

El 5-N Báez Ortega habló en la homilía sobre la necesidad que tiene la sociedad nicaragüense para desterrar de la acción política las palabras "tener, subir y mandar", cambiándolas por "dar, bajar y servir"

(Israel González Espinoza, corresponsal en Nicaragua).- La premonición del Papa Francisco, hecha realidad. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra ha despotricado esta semana en un acto político partidario contra el obispo auxiliar de Managua, el carmelita descalzo Silvio José Báez por abstenerse de participar en las elecciones municipales celebradas el pasado 5-N, en las cuáles el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se adjudicó 135 alcaldías bajo un marco de profunda abstención según organismos de observación electoral independiente.

El 5-N, en una parroquia de la periferia occidental de la capital, Báez Ortega habló en la homilía sobre la necesidad que tiene la sociedad nicaragüense para desterrar de la acción política las palabras «tener, subir y mandar», cambiándolas por «dar, bajar y servir».

«Muchas veces quienes están arriba ejercen el poder con vanidad, autoritarismo y ambición, porque los que están abajo se lo permiten», señaló en su homilía el obispo Báez, quién también remarcó que los nicaragüenses tienen una cuota de responsabilidad ante la realidad nacional, instándolos a ser «actores y no espectadores» de la situación que vive el país, según el criterio del último comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) publicado en octubre.

El también miembro de la CEN manifestó que es necesario que la ciudadanía saliera de sus pequeños espacios familiares y laborales para ser artífices de una nueva sociedad en la que todos los nicaragüenses se sientan parte. Sobre las elecciones indicó que la ejercer ciudadanía va más allá del poder acudir a un centro de votaciones, sino que está en el ejercicio de la conciencia colectiva.

«La política es el arte de ser ciudadanos. Es mucho más que votar. (…).La política como expresión de la conciencia ciudadana está llamada a convertirse en una de las más altas y hermosas formas de caridad. Entrar en política es romper el egoísmo que nos rodea. Es quebrar el cristal individualista en el que vivimos. Es comprometernos más allá de nuestro pequeño mundo personal y familiar a buscar juntos, con todas nuestras fuerzas y comprometiéndonos de corazón, una mejor calidad de vida para todos, una convivencia social más sana y más justa, un país en donde la justicia y la libertad, la honestidad y la verdad, dirijan todas nuestras acciones», explicó monseñor Báez.

También apeló a la juventud del país, -quién según las estadísticas demográficas es más de la mitad de la población-, para que no sólo utilicen las redes sociales para compartir y jugar, sino también para cuestionar por la falta de acceso a un trabajo de tantos egresados de las universidades y por el alto grado de pobreza que se ven en las calles de Managua.

«El cristiano que tiene conciencia política no solamente da una limosna a los pobres, sino que se cuestiona por las causas de la pobreza y lucha por superar la injusta distribución de bienes en la sociedad», remarcó el obispo carmelita.

Para finalizar la homilía, el obispo les recordó a los parroquianos una de las frases más famosas del poeta Rubén Darío, -gran gloria nacional y el único nicaragüense que goza de reconocimiento universal-: «Si la patria es pequeña, uno grande la sueña».

Subrayó que soñar una Nicaragua distinta no se puede hacer soñando sobre un sofá, sino que es una tarea que debe iniciar superando el indiferentismo social que vive la nación centroamericana.

«La vida de todos, de alguna manera, depende de las decisiones políticas que se toman todos los días. Interesarse en política es interesase en uno mismo, en su familia, en sus vecinos y en el futuro. La política ciertamente no es todo, pero está en todo y afecta a todos. La política busca cooperar con Dios para que las ciudades sean más hermosas, para que haya libertad y justicia, para que convivamos en paz, para que se respeten los bienes de la naturaleza, para que el mundo sea más humano», puntualizó monseñor Báez.

Terminada la eucaristía, que fue retransmitida por radio, monseñor Báez dedicó un espacio para atender a los pocos medios de comunicación independientes que existen en Nicaragua, entre ellos Religión Digital. Tal como lo hizo en 2016, el obispo Báez indicó que no asistiría a votar a un proceso viciado de raíz, dónde el árbitro electoral obedece las órdenes del Ejecutivo.

«Con las elecciones municipales no termina una etapa, se abre una nueva y decisiva, en la que serán necesarios muchos hombres y mujeres cristianos, que deseen de corazón entregarse al servicio de los demás y a la construcción de una patria mejor», compartió con los medios de comunicación.

Consultado por RD sobre su opinión acerca de la participación de los obispos René Sándigo (Diócesis de Chontales-Río San Juan), Bosco Vivas Robelo (obispo de León-Chinandega) y Leopoldo Brenes (cardenal arzobispo de Managua) quiénes decidieron acudir a legitimar al régimen de Managua participando en los comicios electorales, manifestó que los obispos estaban unidos en lo que es indispensable: La fe en Jesucristo.

«La relación entre nosotros los obispos de Nicaragua es de amistad y fraternidad. Nuestra comunión es fundamentalmente en la fe y el amor como pastores de la Iglesia católica. En cuestiones de decisión personal en el campo social y político como dijimos los obispos hace algunos años, cada quién se deja orientar por su conciencia (…). Nunca la diferencia es empobrecimiento», recalcó Báez Ortega.

La compleja situación de Nicaragua ha terminado fracturando a la Iglesia nicaragüense, entre obispos que son sumamente críticos con la deriva totalitaria del régimen de Managua y otros que son más complacientes o ambiguos con el poder, entre los que se destacan los obispos que acudieron a las urnas el 5-N.

Dicha división a lo interno de la Iglesia es en gran parte atribuida a quién fue nuncio apostólico en Nicaragua hasta el 4 de noviembre, Fortunatus Knachukwu; quién era sumamente cercano a la pareja presidencial y que ejerció su influencia para acercar a ciertos obispos con el gobierno de Ortega. La remoción del Nuncio pro-orteguista por parte de la Santa Sede ha sido un golpe diplomático fuerte al gobierno de Managua.

Consultado también sobre este particular, Báez Ortega señaló a Religión Digital que el relevo de Knachukwu era parte del relevo normal de diplomáticos de la Santa Sede. Las declaraciones de monseñor Silvio José Báez sobre las elecciones municipales -tal y como sucedió el año pasado-, se viralizaron pronto por las redes sociales, que en Nicaragua son uno de los pocos espacios comunicacionales que escapa al control del gobierno de Managua.

Ortega responde con ofensas

Días después de las declaraciones del obispo Báez, el presidente nicaragüense Daniel Ortega decidió atacar al obispo Silvio José Báez Ortega -sin mencionarlo-, diciéndole «bravucón y radical», y alabó a los cardenales Miguel Obando y Bravo y Leopoldo Brenes (actual arzobispo de la capital), quiénes sí acudieron a votar en los controvertidos comicios municipales del 5 de noviembre.

«A sus 91 años (Obando y Bravo) fue a votar el día 5 de Noviembre, participó en las Elecciones, como participó también el Cardenal Leopoldo Brenes. ¿Por qué? Porque el Cardenal Miguel y el Cardenal Leopoldo Brenes vivieron toda esa etapa aquí en Nicaragua; ellos no estaban fuera, vivieron esa etapa, supieron lo que era el dolor en las familias nicaragüenses. Ahora es fácil, que, unos que se la pasaron afuera todo ese tiempo, vengan a hablar como los más bravucones y los más radicales», señaló Ortega visiblemente molesto.

La indirecta fue una obvia alusión a Báez, quién a inicios de la década de 1980 era novicio de fraile carmelita descalzo estudiante en el Instituto Teológico de América Central de San José de Costa Rica, un centro de formación que siempre estuvo en la mira de las autoridades eclesiásticas vaticanas por su simpatía con las reformas del Concilio Vaticano II y la teología de la liberación latinoamericana.

Ortega manifestó que los cardenales Obando y Brenes siempre han estado involucrados un procesos de paz, aunque no mencionó que en la década de los años 80’s, Obando fue uno de los más feroces detractores de la Revolución, y que persiguió a los sacerdotes que simpatizaban con el proceso revolucionario por medio de censuras eclesiásticas muchas de ellas amparadas por el Papa Juan Pablo II.

La respuesta a Ortega no se hizo esperar. En redes sociales los nicaragüenses expresaron su apoyo al obispo Silvio José Báez, entre ellos intelectuales como la socióloga feminista Sofía Montenegro, el veterano periodista de izquierdas Carlos Fernando Chamorro y la comandante Dora María Téllez, entre otros quiénes consideran al obispo carmelita un referente de dignidad y una voz para aquellos que no poseen voz en un país dónde el discurso oficial repite diariamente que la pareja Ortega Murillo gobierna Nicaragua por la gloria de Dios.

En Twitter, un de las redes sociales dónde el obispo Báez es más activo, una serie de periodistas han promovido la campaña #YoApoyoAMonseñorBáez para expresar cercanía y solidaridad con él. También al interior de la Iglesia, ha recibido el apoyo incondicional del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez Lagos y todo su clero.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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