Las personas desplazadas son mujeres embarazadas, menores de edad y personas mayores, quienes se encuentran sin refugio y a la merced de las bajas temperaturas que prevalecen en la región. Sin alimentos, medicamentos ni atención médica
(Guillermo Gazanini, corresponsal en México).- A través de un comunicado, el Consejo de Pastoral de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas denunció el escalamiento de la violencia por conflictos territoriales que están provocando desplazamientos forzados de miles de personas en las regiones de Chalchihuitán y Chenalhó.
Hay condiciones de verdadero terror en la zona por lo que 5 mil personas decidieron abandonar sus hogares para salvar la vida. Desde 1973, por errores atribuidos a la Secretaría de la Reforma Agraria, se suscitaron estas disputas y, desde entonces, no hay seguridad jurídica en esas comunidades. La grave denuncia es que, ni las fuerzas armadas o policiales, han podido hacer frente a la situación que ya se califica como de crisis humanitaria en Chiapas agravada por la presencia de grupos armados paramilitares fuera de la ley.
Tal situación hizo que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitiera una serie de recomendaciones a la Secretaría de Gobernación para devolver la paz a la zona. El organismo tuvo reportes del clero de la diócesis que denunció las condiciones de la población desplazada. En el comunicado DGC/399/17 del 28 de noviembre de 2017, el organismo protector de los derechos humanos indicó que integrantes del clero y de la Policía Estatal Preventiva del Estado de Chiapas adviertieron del desplazamiento de personas de las localidades de Pom, Ch’enmut, Canalumtic, Emiliano Zapata, Tzomoltón y Cruztón, ubicadas en el municipio de Chalchihuitán, y de Yabteclum, Santo Ton y Las Limas, ubicadas en el municipio de Chenalhó.
«Los clérigos refirieron que varias personas presentan problemas de salud y otras más solicitaron la intervención de las autoridades de los tres niveles de gobierno, con la finalidad de solicitar medidas de atención debido a la precariedad en que se encuentran, ya que no cuentan con alimentos, medicamentos, atención médica, ni los elementos que son necesarios para su subsistencia. Esta situación es aún más grave, considerando que las personas desplazadas, según la información recabada por esta Comisión Nacional, son mujeres embarazadas, menores de edad y personas mayores, quienes se encuentran sin refugio y a la merced de las bajas temperaturas que prevalecen en la región», señaló la CNDH.
La situación se recrudece; sin embargo, el problema no ha tenido salida a pesar de las solicitudes de mediación y pronta solución al conflicto. Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito, señaló en entrevista a medios que el conflicto se viene arrastrando «desde hace más de 40 años porque la entonces dependencia llamada Reforma Agraria trazó una línea recta para delimitar qué pertenecía a Chalchihuitán y qué pertenecía Chenalhó, pero nunca respetó los límites históricos y naturales del río. Y esto hizo que la Reforma Agraria le diera a Chalchihuitán tierras que pertenecen a Chenalhó y viceversa». La crisis, según el obispo emérito, está teniendo similitudes con la de Acteal recordada por la salvaje matanza ocurrida el 22 de diciembre de 1997 y que cumplirá 20 años.
Chiapas entrará al proceso electoral para renovar el cargo de gobernador del Estado el año entrante junto con la elección federal para la presidencia de la Republica. «Lamentablemente ya todos andan buscando qué les va a tocar en el siguiente puesto, en la siguiente elección, y ya lo que menos les importa son las matanzas entre el propio pueblo», aseguró el prelado emérito.
Aquí el comunicado completo del Consejo Pastoral de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas:
A todas las personas creyentes
A personas de buena voluntad
A la opinión pública
A las autoridades federales, estatales y municipales
Al Congreso del Estado
Al Poder Judicial del Estado
Los que formamos el Consejo de Pastoral de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, expresamos nuestra profunda preocupación por la situación que prevalece y se agrava en la zona limítrofe entre los municipios de Chalchihuitán y Chenalhó.
Por problemas de disputa de colindancia, generados por intervención inadecuada de la Secretaría de la Reforma Agraria en 1973, grupos armados ilegales han provocado un ambiente de terror en las comunidades del municipio de Chalchihuitán, provocando el desplazamiento forzado de más de 5000 personas, que se encuentran en condiciones de gran precariedad y sometidas a la intemperie.
También hay más de 300 personas desplazadas del Municipio de Chenalhó.
La agudización del conflicto tiene ya más de dos semanas y no vemos una acción eficaz por parte de las autoridades para solucionar esta situación de emergencia humanitaria, para atender las necesidades inmediatas y la solución de las causas.
Nos sorprende la impunidad con que actúan los grupos armados, al grado de que ni la Policía ni el Ejército han podido hacerse presentes para impedir la violencia, ni para desarmar a quienes imponen su control del territorio y de la población a través del miedo.
Como personas de fe, consideramos valores fundamentales la Vida Humana, la Justicia y la Paz, así como el respeto a los Derechos Humanos, que están siendo violados masivamente y con efectos graves en las condiciones de las personas desplazadas, particularmente niñas, niños, mujeres embarazadas y personas ancianas.
Se suma a esta situación el peligro real de que derive en un enfrentamiento armado que tendría consecuencias gravísimas, a 20 años de la Masacre de Acteal.
Pedimos a las autoridades de los tres niveles cumplir con su obligación de velar por la vida de las personas afectadas, que garanticen la seguridad de quienes llevan ayuda humanitaria, que se aboquen a la solución de las causas y no dejen impunes los delitos cometidos.
Convocamos a las organizaciones eclesiales y de la Sociedad Civil a una solidaridad efectiva y que haga accesible a la población afectada, de inmediato, los servicios médicos y medicinas, la alimentación, el vestido y la protección ante la inclemencia del clima que se requieren con urgencia.
Por supuesto también exigiendo justicia a las autoridades y que, de inmediato, intervengan y atiendan esta grave situación.
Por parte de la Diócesis, continuaremos el esfuerzo para hacer llegar la ayuda humanitaria, con la coordinación de Cáritas, y para dar a conocer la situación a la opinión pública nacional.
Que el reconocer a Cristo en las víctimas, inspire nuestro caminar hacia ellas.
«Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber….»
(Mt 25, 35 ss.)
Consejo Diocesano de Pastoral
Diócesis de San Cristóbal de Las Casas
Mons. Felipe Arizmendi Esquivel
Pbro. Luis Manuel López Alfaro.
Hna. María del Refugio Esparza Macías MIF
Pbro. Víctor Manuel Pérez Hernández
Pbro. José Bartolomé Gómez Martínez
Hna. María Rosa Ramos Martínez
Alfonso Pánfilo González Morales
Pbro. Marcelo Pérez Pérez
Hna. María Guadalupe Huet Bolom
Lorenzo Gómez Ruiz
Lucila Díaz Flores
Hna. María Guadalupe Acatitla Méndez
Pbro. Gabriel Herrera Zepeda
Pbro. Felipe Francisco Ramos Osuna
Valentín Núñez Gómez
José del Carmen Méndez Izquierdo
Fray Gonzalo Ituarte Verduzco O.P.
Para leer otros artículos del autor, pinche aquí