Tscherrig expresa que este periodo de su vida ha sido "una gracia particular del Señor a quien nunca podré expresar adecuadamente mi gratitud por tanta bondad"
(C. Doody/Aica).- El nuncio apostólico en Argentina se despide del país tras casi seis años en el cargo. Monseñor Emil Paul Tscherrig se marcha para asumir sus nuevas funciones como representante papal en Italia y San Marino, y lo hace pidiendo para la Iglesia de la nación la gracia de «anunciar la alegría del Evangelio» en todo sitio «sin asco y sin miedo».
El hasta ahora embajador vaticano aprovechó la ocasión de su adiós para enviar una carta de agradecimiento a los obispos argentinos en la que expresa que este periodo de su vida ha sido «una gracia particular del Señor a quien nunca podré expresar adecuadamente mi gratitud por tanta bondad».
El nuncio les deseó de corazón «la paz del Buen Pastor y, por intercesión del Santo Cura Brochero, de las beatas Crescencia, Mama Antula y Catalina, el don de la fidelidad al Maestro que nos pide salir y anunciar la alegría del Evangelio ‘en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo'».
«Me voy con una ‘mochila’ de recuerdos hacia mi nuevo destino y con la certeza de que el Señor nos mantendrá unidos en la oración y misión», aseguró.
En su carta de despedida, Tscherrig también expresó a cada uno de los prelados argentinos que, «aprovechando el privilegio del nuncio, imparto a usted, a los sacerdotes, diáconos, consagrados y a los fieles todos de su rebaño, la bendición apostólica del Santo Padre Francisco, y lo invito a rezar por él».
«Con profunda gratitud me despido de Usted con un cordial abrazo fraterno», concluyó en su misiva.
Representante papal en Argentina desde 2012 -año en que fue nombrado a tal cargo por el hoy Papa emérito Benedicto XVI- Tscherrig será el primer nuncio apostólico no italiano en Italia y San Marino desde que Italia y la Santa Sede establecieron relaciones diplomáticas tras los Pactos Lateranenses de 1929.