Sale en defensa de los 200.000 salvadoreños que pronto pueden ser deportados

Obispo de El Paso: «Cómo tratamos a los más vulnerables de nuestra sociedad refleja quiénes somos»

Mark Seitz se pregunta "si hemos aprendido algo en los 2.000 años desde el nacimiento de otro niño inmigrante"

Obispo de El Paso: "Cómo tratamos a los más vulnerables de nuestra sociedad refleja quiénes somos"
El obispo de El Paso, Texas, Mark Seitz Agencias

¿Estamos dispuestos a dejar que 192.000 niños ciudadanos se enfrenten a esto? ¿La posibilidad de ser perseguidos y captados por pandillas e identificados para la extorsión, y eso en un país que no es el suyo?

(C. Doody).- «Una clara falta de oportunidades», «violencia extrema», «explotación», «extorsión» y hasta el atrapamiento en una pandilla. Según ha denunciado el obispo de El Paso, Mark Seitz, este es el futuro que les espera a 192.000 niños ciudadanos de EEUU si se deportan a sus padres: los 200.000 salvadoreños actualmente en el país gracias al Estatuto de Protección Temporal (TPS), un programa de acogida de inmigrantes que puede llegar a su fin la semana que viene.

El obispo Seitz, quien acaparó titulares en todo el país en agosto del año pasado cuando intervino para frenar la deportación de una mujer migrante mexicana, ha escrito una tribuna en el sitio web The Hill en la que advierte de las consecuencias nefastas si el Congreso no renueva el TPS para El Salvador el próximo 8 de enero.

Según el prelado tejano, el país no solo sentirá graves «impactos financieros» si los salvadoreños amparados por el programa se ven obligados a salir de territorio estadounidense. También dejará a decenas de miles de familias a tomar una «decisión descorazonadora» y escoger entre la ruptura y un futuro sombrío.

«¿Se enfrentarán estas familias a la separación y la ruptura, de modo que sus niños ciudadanos de EEUU puedan acceder a los beneficios de una formación estadounidense?», se pregunta Seitz en su artículo. «¿O permanecerán juntos e irse al [país] de nacimiento de sus padres, enfrentándose a una clara falta de oportunidades y, lo que es peor, a la violencia extrema y la posible explotación? El fin del TPS para El Salvador obligará a miles de familias a una decisión así», sentencia el obispo de El Paso.

Seitz continúa: «¿Estamos dispuestos a dejar que 192.000 niños ciudadanos se enfrenten a esto? ¿La posibilidad de ser perseguidos y captados por pandillas e identificados para la extorsión, y eso en un país que no es el suyo?».

Es más, para el obispo de El Paso, la cancelación del TPS para El Salvador no solo sería inhumana, sino también nada de cristiana.

«Cómo tratamos a los más vulnerables de nuestra sociedad refleja quiénes somos y si hemos aprendido algo o no en los 2.000 años desde el nacimiento de otro niño inmigrante, nacido en un establo porque sus padres no pudieron encontrar sitio en la posada: un evento que acabamos de celebrar», escribe el prelado.

«Rezo resueltamente para que nuestros líderes nacionales no den la espalda a estos niños al cerrar la puerta a sus padres», plasma por último en su artículo el obispo Seitz, antes de advertir de que «poner fin al TPS para El Salvador sería exactamente eso».

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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