La Amazonía sigue sufriendo por nuevos colonialismos: el colonialismo extractivista, el colonialismo proteccionista... que ponen en peligro nuestros pueblos originarios. La Amazonía no es una despensa que vaciar sin tener en cuenta a quien vive en ellas
(Dominicos).- En la víspera de la llegada del Papa a Puerto Maldonado se celebró la asamblea de la Red Eclesial PanAmazónica – REPAM: «Una Iglesia con rostro amazónico»; que contó con la presencia de representantes de diversas jurisdicciones de la Amazonía.
El encuentro ha contado con la participación de los obispos de 8 vicariatos de la selva peruana, así como de sus pares del resto de países amazónicos. Han sido invitados cientos de representantes de pueblos indígenas del Perú, Bolivia y Brasil, llegando a los 3.000 participantes.
El cardenal Hummes, presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), resaltó la importancia de un encuentro así donde «tantos representantes de pueblos originarios puedan encontrarse con el Papa y entre vosotros en esta solemne Asamblea». El Cardenal explicó cuál es el objetivo de la REPAM, que «es una red eclesial que quiere ser creada en todos los países con territorio amazónico, para conocer las realidades y preocupaciones de la Amazonía, y estar al lado de los descartados, olvidados, los más distantes, aislados… para apoyarse, animarse, defenderse. Juntos batallando frente a los atropellos que se hace al pueblo amazónico».
Ante una asamblea de 3.000 personas, con nativos de distintos países, con una variedad enorme de lenguas, trajes, culturas, el cardenal insistió en la importancia de esta red, construida en torno al Evangelio, que busca una comunión de hermanos: «Caminar juntos como amigos, como hermanos, respetando nuestras diferencias».
Hummes recordó las palabras del Papa que dijo que la Amazonía es un test para la Iglesia, quien tiene que saber responder a esa realidad y estar unida a la gente de la Amazonía inculturizándose en medio de estas ricas tradiciones. «Después de tantos siglos de explotación, de abuso, los indígenas tienen que atreverse a soñar, porque ustedes tienen el derecho de construir su historia, su identidad, su caminar… La REPAM habrá cumplido su tarea si esto se consigue». Anunció de nuevo el Sínodo Amazónico del 2019 que es deseado por el Papa Francisco, que quiere que la Iglesia abra nuevos caminos en esta tierra.
Mauricio López, Coordinador de Cáritas Ecuador, estaba convencido que mañana mucha gente del mundo, al ver la visita del Papa a Puerto Maldonado, se preguntará: ¿por qué me tendría que importar la Amazonía? La respuesta es sencilla: «porque uno de cada cinco vasos de agua que se beben en el mundo es gracias a la Amazonía; porque una de cada cinco respiraciones es gracias a la Amazonía. Si lo destruimos, el futuro será muy doloroso».
Monseñor David Martínez de Aguirre hizo un duro análisis de los devastadores efectos que está provocando la concentración de poder en manos de unos pocos. Reconocía que «la Amazonía sigue sufriendo por nuevos colonialismos: el colonialismo extractivista, el colonialismo proteccionista… que ponen en peligro nuestros pueblos originarios. La Amazonía no es una despensa que vaciar sin tener en cuenta a quien vive en ellas». Ante esta realidad, como Iglesia, «nos queremos comprometer a escuchar o a hacer escuchar el grito de la tierra y nuestro grito, el grito de los pobres».
Durante toda la jornada hubo momentos también para la intervención de los propios indígenas de los distintos países. Los portavoces de los pueblos originarios reclamaban visibilidad, reconocimiento de sus pueblos y sus culturas, la defensa de sus tierras frente a las multinacionales, valores para los jóvenes… «La Amazonía no está vacía, como algunos proclaman para explotarla, no está vacía, existimos nosotros, seguimos viviendo» proclamaba un ashánika de Cuzco. Coincidían en agradecer a los obispos de las distintas zonas que han luchado por dar voz y pedir el reconocimiento de la dignidad de estos pueblos.
Esta asamblea tuvo lugar en el polideportivo de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios.
La REPAM nació en septiembre de 2014 en Brasilia, en ocasión de un encuentro entre obispos, sacerdotes, misioneros y misioneras de congregaciones que trabajan en la jungla, de representantes de algunas Cáritas nacionales y laicos de diversas estructuras de la Iglesia.
Según su documento fundacional, «La REPAM representa la proximidad de la Iglesia a su pueblo, la búsqueda profunda en la defensa de la Vida en la Pan Amazonía, la construcción de una RED que permita potencializar los esfuerzos que se realizan en cada uno de estos países, pero que sobretodo apuntan a un mismo objetivo, que la Pan Amazonía sea el corazón de la Iglesia».
Forman parte de la REPAM nueve países con territorio de Amazonía: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Guayana Francesa y Surinam.