Y le prohíben ejercer el ministerio

Investigan a un franciscano chileno por presuntos abusos sexuales

Ya van 80 los religiosos del país denunciados por delitos similares en los últimos 15 años

Investigan a un franciscano chileno por presuntos abusos sexuales
Franciscanos

Con la finalidad de dar las debidas garantías a las personas denunciantes, hemos solicitado a un perito ajeno a la fraternidad Capuchina que prosiga y concluya una investigación canónica

La Orden Capuchina en Chile confirmó una investigación canónica sobre el sacerdote Sergio Uribe Gutiérrez, acusado de presuntos abusos sexuales a niños cuando ejercía como párroco del Instituto Alonso de Ercilla, perteneciente a la Congregación de los Hermanos Maristas.

Tras un comunicado difundido este lunes, la orden aseguró que después de saberse esa información se inició una investigación canónica previa para conseguir los antecedentes del caso y aclarar lo sucedido.

«Con la finalidad de dar las debidas garantías a las personas denunciantes, hemos solicitado a un perito ajeno a la fraternidad Capuchina que prosiga y concluya la mencionada investigación canónica», iniciativa que asumirá el sacerdote David Albornoz, añadió la nota.

Asimismo, la Orden Capuchina, a la que pertenece actualmente el sacerdote acusado, informó que, como medida cautelar, mientras se desarrolla esta investigación, «fray Sergio Uribe tiene prohibición de ejercer el ministerio públicamente y de tener contacto con menores de edad».

Los Hermanos Maristas de Chile, parte de una congregación religiosa católica con fines educativos a nivel internacional, admitieron hace algunas semanas haber silenciado en los últimos 40 años presuntos abusos sexuales cometidos contra una treintena de alumnos de esa orden.

Al menos unos siete docentes son investigados por dichos delitos en contra de ese número de jóvenes.

Jaime Concha, uno de los ex alumnos del Instituto Alonso de Ercilla denunciantes de abusos, señaló a Radio Cooperativa que no tiene mayores expectativas en las indagatorias eclesiales, porque estas «suceden a destiempo, se intenta descalificar a las víctimas y se les trata de denostar como que muchas de ellas están mintiendo».

En los últimos 15 años, desde el caso de Andrés Aguirre, el llamado «cura Tato» -que fue sentenciado a 12 años de presidio-, 80 sacerdotes y religiosos católicos han sido acusados en Chile de delitos de connotación sexual.

De ese total, 45 fueron condenados por la justicia civil o canónica, y de ellos 34 tuvieron como víctimas a menores de edad.

(RD/Efe)

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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