El desgarrador testimonio de Maximiliano Hilarza marca la segunda jornada del juicio

«Ilarraz es un enfermo que repitió el mismo método con todos nosotros y con nuestras familias»

"Se enojaba cuando demorabas en llegar al orgasmo mientras te masturbaba"

"Ilarraz es un enfermo que repitió el mismo método con todos nosotros y con nuestras familias"
Un desgarrador testimonio marca la segunda jornada del juicio contra Ilarraz Télam

Ilarraz no solo se aprovechó de mí de manera física, sino también de todos los demás, a través de la mentira, de la intromisión en mi familia para que yo no hablara. Él demostró ser muy manipulador

(J. B./Infobae).- Maximiliano Hilarza huyó a Chile en 1991 para «escapar de los abusos» de Justo José Ilarraz en el seminario de Paraná. Durante la segunda jornada del juicio contra el sacerdote, su testimonio emocionó a toda la sala, pues contó con detalles cómo los abusos se concretaban en la ducha del seminario, donde el cura manoseaba a los menores. «Se enojaba cuando demorabas en llegar al orgasmo mientras te masturbaba», reveló Hilarza.

El relato del hombre coincidió con otras víctimas en lo que respecta a la forma de actuar del religioso. En su mayoría, todos tenían un padre violento o estricto e Ilarraz se mostraba como una oportunidad de cambiar ese presente. Para ello se metía en las casas y se hacía amigo de las mamás, tal como el caso de Hilarza. «Mi papá y mi mamá, también fueron abusados, porque Ilarraz no solo se aprovechó de mí de manera física, sino también de todos los demás, a través de la mentira, de la intromisión en mi familia para que yo no hablara. Él demostró ser muy manipulador», relató la víctima.

Fue tal el vínculo con la madre de Hilarza que hasta viajó a Chile -lugar al que se habían ido tras los abusos- a visitarla, bautizó allí a un sobrino de Maximiliano y hasta durmió en la misma casa. «Esa noche no pude dormir«, le dijo al Tribunal. Hasta ese momento, el joven no había revelado a su familia lo que había sucedido en el seminario y los efectos que le generó ese infierno fueron devastadores.

 

 

«Tuve problemas para relacionarme, para besar a una mujer, para tener relaciones», agregó ante el tribunal. «Viví de nuevo esos momentos. Al sentarme frente al tribunal, me sentí como ese chico de 13 años. No era el hombre de 40 en esa habitación», dijo el hombre después de la audiencia.

«Hoy conté lo que viví y lo que me pasó en el seminario. Me costó poder hablar, porque hay que tener en cuenta que estos hechos pasaron hace unos 30 años y yo no tuve ningún tipo de ayuda psicológica. Fue la primera vez que lo conté. Al hablarlo ahora, me descompensé un poco, por el asma», añadió.

«Yo diría que Ilarraz es un enfermo serial que repitió el mismo método con todos nosotros y con nuestras familias. Tras abusar de nosotros, no tenía problemas luego de ir a sentarse a la mesa con nuestras familias para callarnos y presionar para que nosotros no pudiéramos hablar».

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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