Sobre todo, priorizar la atención a personas en situación de doble riesgo, como discapacitadas, mujeres en gestación, menores de edad y adultos mayores. Todo ello, con el criterio de mantener los grupos familiares
(C.D.).- «Esta situación no da espera, y concita el compromiso solidario y organizado de toda la ciudadanía». El arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve, ha levantado la voz a favor de los migrantes venezolanos, pidiendo que se decrete el estado de emergencia humanitaria en la ciudad colombiana por la llegada masiva de personas del país vecino. A su solicitud por la población venezolana desplazada se ha unido también monseñor Eugenio Arellano, presidente de los obispos ecuatorianos, quien ha exigido al Gobierno de este país que «repiense» su exigencia de que los venezolanos tengan pasaporte para poder pisar suelo nacional.
Texto completo del comunicado del arzobispo de Cali
Como arzobispo de Cali, siento el deber de urgir al gobierno municipal de la ciudad y distrito, a DECRETAR EL ESTADO DE EMERGENCIA HUMANITARIA por el ingreso masivo de población Venezolana desplazada.
Esta declaratoria permitirá la movilización urgente de recursos para cubrir las necesidades humanitarias básicas, como alojamiento, atención primaria de salud y alimentación, seguridad y protección de los derechos de la población afectada. Sobre todo, priorizar la atención a PERSONAS EN SITUACIÓN DE DOBLE RIESGO, como discapacitadas, mujeres en gestación, menores de edad y adultos mayores. Todo ello, con el criterio de mantener los GRUPOS FAMILIARES, evitando la separación de padres e hijos.
Decretar la EMERGENCIA HUMANITARIA en la ciudad, deberá significar, de inmediato, la activación de un código especial, que permita coordinar la labor de diferentes entes municipales, autoridades nacionales y locales, funcionarios de las Naciones Unidas (ONU), e instituciones sociales, para atender las necesidades de refugiados y migrantes, de los venezolanos en tránsito o retorno, y de los residentes que buscan establecerse en la ciudad y región.
Hasta ahora, esta atención, huérfana de una decisión institucional, ha recaído en alta porción sobre la sociedad civil, especialmente la Iglesia Católica, su pastoral social y de migrantes.
Migrantes venezolanos en Colombia
La Arquidiócesis improvisó un albergue en el barrio La Independencia, que colapsó en su estructura sanitaria por hacinamiento interno y externo de esta población. Dicho albergue, insuficiente, está en proceso de reparación de redes de evacuación, con la ayuda de EMCALI, para habilitarlo como acogida a la POBLACIÓN DE DOBLE RIESGO, con atención de prioridad.
Como arzobispo, invito a los comunicadores sociales y de redes a brindar también la cobertura mediática, humanitaria y constante, a esta población que ahora, por las medidas restrictivas que han tomado Ecuador y Perú, podrá impactar de manera incalculable a Cali y a Colombia, desbordando la capacidad de respuesta suficiente para hacerle frente. Esta cobertura será clave para que Colombia y Cali reciban la ayuda internacional que situaciones cómo está requieren.
El ejemplo de ciudades como Quito, que ya había decretado la Emergencia Humanitaria por la llegada de población venezolana, y habilitado albergues temporales por grupos familiares, debe seguirlo Cali, antes de que vivamos una verdadera catástrofe humanitaria.
Esta situación no da espera, y concita el compromiso solidario y organizado de toda la ciudadanía, sin desgastarnos en consideraciones egoístas y de xenofobia.
Venezuela ya no es tema electoral y de polarización, sino realidad que toca a nuestras puertas y corazones, a nuestra dignidad solidaria y valores humanos.
+Darío de Jesús Monsalve Mejía, Arzobispo de Cali.
Eugenio Arellano, presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, apela a la @CancilleriaEc a repensar la solicitud de pasaporte para las personas venezolanas. Esta medida redobla la crisis humanitaria #EcuadorHumabitario @DEFENSORIAEC @lmespinosav @PanchoHurtadoC pic.twitter.com/nZmFOm0Bu5
— INREDH (@inredh1) 23 de agosto de 2018