En la conclusión del III Encuentro de la Iglesia católica en la Amazonia Legal brasileña

Hummes insiste en la necesidad de «descubrir el Reino que nos interpela en las periferias»

El Sínodo "debe ser momento para oír los clamores, sueños, aspiraciones de la gente y escuchar la voz del Papa"

Hummes insiste en la necesidad de "descubrir el Reino que nos interpela en las periferias"
Obispos en el III Encuentro de la Iglesia en la Amazonia en Manaos, Brasil RD

Hummes advirtió contra olvidar la "historia injusta con los pueblos indígenas que nosotros les impusimos cuando la colonización llegó a estas tierras"

(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- El III Encuentro de la Iglesia católica en la Amazonia Legal brasileña, celebrado en Manaos de 20 a 23 de agosto, ha supuesto un avance importante para el proceso del Sínodo de la Amazonia. Los 58 obispos presentes han reflexionado sobre los elementos más importantes y sobre los pasos que deben ser dados por la Iglesia de la Amazonia en este poco más de un año que nos separa de la Asamblea Sinodal, que tendrá lugar en el Vaticano en octubre de 2019.

La colaboración de los obispos se antoja importante, pudiendo decir que decisiva. Desde esa perspectiva, el Cardenal Claudio Hummes, Presidente de la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, llamaba a los obispos a «sentirse implicados en el Sínodo como un todo, no sólo a preocuparse con su propia diócesis o prelatura». En ese sentido, conocer la dinámica de la REPAM y los diferentes trabajos que viene llevando a cabo en vista del Sínodo es una ayuda para que esa implicación que el Cardenal Hummes pide. En el mensaje final del encuentro, los obispos reconocen que éste «amplió nuestra visión del conocimiento de la compleja realidad amazónica».

Las asambleas presinodales están siendo momentos en que la gente está mostrando su alegría al ser escuchada por el Papa, pues están siendo reconocidos. En el mismo sentido, los obispos han dado a conocer las diferentes iniciativas que se están llevando a cabo en las diócesis y prelaturas, así como los encuentros realizados por la REPAM con los pueblos indígenas, las víctimas de la trata, los jóvenes y otros colectivos presentes en la Amazonia.

El Presidente de la REPAM resalta que el proceso sinodal debe ser momento para «oír los clamores, sueños, aspiraciones de la gente y escuchar la voz del Papa que nos da valentía y nos dice que tenemos que ser felices a pesar de las dificultades». El Cardenal Hummes ponía como ejemplo la figura de Santa Rosa de Lima, patrona de América Latina, cuya memoria se celebra este 23 de agosto, como alguien que alcanzó la santidad sirviendo a los pobres. Al mismo tiempo, recordaba que Medellín, que en estos días cumple 50 años, también abordaba el tema de la pobreza y sus causas, que se traducen en una injusticia institucionalizada en América Latina.

El cardenal Claudio Hummes


Esta cuestión de la pobreza también está muy presente en el Sínodo de la Amazonia, «como clamor del pueblo y de la naturaleza, devastada, degradada, explotada de todas las formas», recordaba Hummes, quien insistía en que la Amazonia es algo muy especial para el Planeta, por lo que es necesario «descubrir el Reino que nos interpela en las periferias», no olvidando «una historia injusta con los pueblos indígenas que nosotros les impusimos cuando la colonización llegó a estas tierras».

El Encuentro también ha servido para «exponer nuestras preocupaciones con todas esas situaciones y experiencias dolorosas de la vida de nuestros pueblos», que nos dice el mensaje final. Por eso, ha sido importante para los participantes conocer más de cerca la situación de los emigrantes venezolanos, compartida por el Obispo de Roraima, Monseñor Mario Antonio da Silva, que se ha visto salpicada en los últimos días por episodios de violencia en la ciudad fronteriza de Pacaraima.

En esa perspectiva, los 58 obispos y demás personas presentes en el encuentro han emitido una nota que lleva por título «Pacaraima: indignación y solidaridad», en la que muestran «nuestra indignación ante la intolerancia manifestada contra mujeres, hombres y niños, refugiados venezolanos», expresando «nuestra solidaridad con las familias que sufrieron la violenta expulsión de Brasil y con las personas, instituciones y comunidades católicas que acogen y protegen nuestros hermanos y hermanas inmigrantes». En la nota, también se critica la falta de coordinación de los diferentes organismos públicos en Brasil y se exige al gobierno venezolano que sean superadas las causas que provocan este desplazamiento forzado, diciendo: «basta de odio y sí a la acogida fraterna».

 

Es importante reconocer que en el proceso sinodal «todavía hay muchas cosas por hacer, que los desafíos son inmensos. Todos los días nos llegan noticias desalentadoras que afectan a la vida y existencia de nuestros pueblos», como recoge el mensaje final. Pero por encima de los desafios, los participantes del encuentro dicen soñar con una Iglesia con rostro amazónico, que ya existe en las comunidades, dentro de una dinámica surgida del Encuentro del los Obispos de la Amazonia en 1972, en Santarém.

Los obispos han hablado abiertamente sobre uno de los puntos calientes del Sínodo, como es la celebración de la Eucaristía en las comunidades más distantes. El mensaje final afirma en ese sentido que «en nuestro corazón de pastores, estará el atendimiento y acompañamiento pastoral de las comunidades que tienen derecho a ser alimentadas por el pan de la Eucaristía, de la Palabra y por los sacramentos». Los prelados acrecientan que «creemos mucho en los ministerios laicales, en los que destacamos la participación efectiva de las mujeres».

 

El mensaje final recoge igualmente «la necesidad de establecer una unidad en torno de los más diversos desafíos que la Amazonia presenta», superando «la desconexión de la evangelización, de los movimientos y prácticas pastorales para volver más eficaz esa red de solidaridad y comunión». Junto con eso, los obispos insisten en la «plena consonancia con todo el debate del Sínodo y en profunda comunión con el magisterio del Papa Francisco».

La Iglesia de la Amazonia es fruto de una historia que quiere proyectarse hacia el futuro. Como dice una música regional, «remé, remé para llegar hasta aquí», pero el río continúa, los desafíos están presentes y serán superados en la medida en que sean enfrentados «desde la comunión, tanto en la Amazonia brasileña como en la Pan-amazonia», como decía a los presentes el Cardenal Hummes en la conclusión del encuentro.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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