Los jóvenes de Latinoamérica y El Caribe renovamos contigo el compromiso de ser esta Iglesia que camina con todos los pueblos, en las ciudades y en los campos, en las periferias geográficas y existenciales
(Celam).- Querido Hermano Francisco: Como referentes de las juventudes que siguen a Jesús y van caminando por las tierras de nuestra América, tenemos el deseo entrañable de acercarte el apoyo de tantos y tantas jóvenes, en este momento despiadado donde estás sufriendo – y nosotros con vos- ataques desde diversos intereses, hasta de los más perversos. Con muchas juventudes, tenemos el mismo sueño que vos para nuestro mundo: que los corazones de nuestros jóvenes y nuestro Pueblo, habitados por Jesús, hagan carne tus palabras de «ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía».
Queremos expresarte Santo Padre que soñamos con una Iglesia en salida que haga una opción misionera, capaz de transformarlo todo (EG 27). Ser una iglesia pobre y para los pobres es una tarea impostergable, y queremos apoyarte sabiendo que los despreciados y olvidados de este mundo son los privilegiados del Evangelio (EG 48).
Nuestra casa común está en peligro. Nos unimos con vos junto al clamor de nuestra hermana madre tierra y al gemido de los abandonados de nuestro continente (LS 53), deseando asumir tu invitación interpelante de ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres (EG 187).
Sabemos que molesta que se hable de distribución de los bienes, de un Dios que exige compromiso por la justicia (EG 203) y que repitas que este sistema económico actual excluye y mata (EG 53).
Compartimos contigo, Hermano Francisco, el sueño de una Iglesia que sea ternura para los empobrecidos y que reconozca las novedades de nuestros tiempos como vientos del Espíritu Santo que renueva. Así, los jóvenes de Latinoamérica y El Caribe renovamos contigo el compromiso de ser esta Iglesia que camina con todos los pueblos, en las ciudades y en los campos, en las periferias geográficas y existenciales.
Gostaríamos de dizer-te que aquilo que para alguns chega a ser um incômodo, para nós soa como um alento e proximidade de quem está atento aos clamores dos povos que são marginalizados por todo o mundo.
Conte conosco Francisco, e não duvides que seu magistério nos enche de esperança e força para seguirmos caminhando, pois vemos em você o testemunho vivo de Jesus Cristo, que enfrentou os poderosos e sempre caminhou ao lado de seu Povo.
Querido hermano con mucho amor filial te alentamos y acompañamos. Te abrazamos, no lo olvides, con la misma ternura que aprendimos de este continente.
Rezamos por vos,
Jóvenes Líderes Sociales de América Latina y El Caribe
