Iglesia de La Soledad en Ciudad de México, el proyecto maestro y gemelo de San Antón en Madrid

Mensajeros de la Paz florece en México

Un templo donde, paradójicamente, nadie está solo, en un renacer de las primeras comunidades cristianas

Mensajeros de la Paz florece en México
La gran familia de La Soledad

Ángel Vallejo: Mensajeros de la Paz tiene por objetivo hacer que no haya pobreza en el mundo. Lo ideal es que tuviéramos que desaparecer. Por desgracia las necesidades son muchas y en todos los sitios

(Guillermo Gazanini Espinoza).- Siempre interpelará a nuestra conciencia un niño o anciano en estado de necesidad. Las grandes ciudades guardan en sus rincones rostros cuyos ojos ansían encontrar una mirada compasiva y solidaria, de manos para levantar al caído, de ayuda para quienes viven en la precariedad y el abandono.

Ante la escandalosa pobreza algunos son interpelados para hacer cosas diferentes, ser mensajeros de alegría para apaciguar la calamidad humana. La Ciudad de México alberga miles de historias transformadas radicalmente. Aquéllos sin esperanza emergen de la oscuridad gracias a la conmiseración de alguien para hacerse uno con el pobre y brindar paz y, sobre todo, alivio al dolor aciago.

En la capital mexicana, un barrio cuenta esas historias de esperanza. El de La Soledad en la Merced es espacio de múltiples contrastes donde convive la opulencia política y la desnudez del menesteroso; donde se toca la decadencia de las urbes y se respira el esplendoroso pasado.

El Templo de la Soledad de Nuestra Señora es, paradójicamente, un lugar donde nadie está solo. Abre sus puertas las 24 horas del día gracias a la iniciativa de su párroco, padre Benito Javier Torres Cervantes y de la singular institución de un sacerdote español que ha trascendido fronteras, del padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz.

Ángel Vallejo comienza la titánica labor que permite el renacimiento de Mensajeros de la Paz en México. En entrevista, da cuenta de los inicios de esa institución en nuestro país, sus ambiciosos proyectos para el Templo de la Soledad y los importantes planes que iniciarán en febrero.

Mensajeros de la Paz llegó a México a principios de los noventa con la creación de casas para niños en colaboración con el gobierno de España y ayuda internacional. Explica Vallejo, «Dos de estas casas continúan existiendo gestionadas por Hogares Providencia del padre Chinchachoma. Eso es lo que queda de la primera etapa de Mensajeros en México. Se refundó en el 2011 con la sección de Edad Dorada que es la de mayores y estamos intentando reactivar con una serie de actividades en México».

La actividad de Mensajeros está retomándose con mucha fuerza con la solicitud de iniciar su trabajo en otros lugares incluso en el sureste mexicano. «Tenemos petición de fundar en Querétaro y Puebla. En Yucatán empezaríamos en febrero integrando a los tres estados de la península. Tenemos un grupo dispuesto a colaborar y tendría su sede en Cancún.

Ciudad de México es el motor más antiguo. Aparte de colaborar en la sección de niños, estamos intentando habilitar una residencia pequeña en Xochimilco y colaborar con algunas entidades en barrios marginales, por ejemplo con la Fundación Comparte de Tepito y con la casa Xochiquetzal, una casa residencia de exprostitutas única en el mundo. Estamos en Iztapalapa con un proyecto deportivo en Santa Cruz Meyehualco».

La Iglesia de La Soledad es el proyecto maestro y gemelo al de San Antón en Madrid y ya se replica en la Merced para dar comida y albergue durante las noches a las decenas de pobres. «El templo de la Soledad es uno de los proyectos que estamos consolidando, intentando imitar a la Iglesia de San Antón, la Iglesia 24 horas».

¿Por qué precisamente en La Soledad? El párroco, padre Benito hace una labor muy loable al dar de comer a los pobres. Asociarse a Mensajeros de la Paz fue de esas casualidades «que menos esperas». Afirma el padre Vallejo, «Me invitaron a bendecir unas casas en san Lucas de Ocoyacac cerca de Puebla que se hicieron después del terremoto a través de la Fundación Mano a Mano. Algunas de esas personas están colaborando como voluntarios en la Iglesia de La Soledad. A través de ellos conocí al padre Benito quien me comento su idea de abrir las puertas del templo por la noche para recibir a las personas sin hogar… ¡Nosotros tenemos en Madrid ese mismo proyecto! De ahí nació este matrimonio. Ahora estamos en torno a unas doscientas personas por noche que llegan a dormir».

La apertura de la Iglesia de La Soledad las 24 horas tiene sus retos y problemas. Atender a cerca de 200 personas requiere de la inversión de muchos recursos, entre los más valiosos, los voluntarios que se desprenden de su tiempo para ayudar y acompañar.

«Vamos aprendiendo todos, lo primero fue abrir las puertas a gente que duerme en la calle. Una colchoneta y una cobija para ellos es el cielo. Un hotel de cinco estrellas. Debíamos mejorar el aseo y consultas médicas. Se está organizando un pequeño equipo médico para atender los casos que surjan. Otro problema son los padecimientos odontológicos. En febrero, en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México, atenderemos a 600 personas. Eso abrirá otros cauces como seguir monitoreando integralmente la salud de estas personas».

Se podría pensar que la principal urgencia de Mensajeros en el barrio de La Soledad es la disponibilidad efectiva de recursos materiales y económicos, sin embargo lo realmente apremiante es la disposición de voluntarios que podrían salir de los mismos pobres hospedados en el Templo. «Otra cosa que nos hemos dado cuenta es que ellos mismos pueden servir de voluntarios. En La Soledad vive como media docena, gente recuperándose y quieren volver con sus familias para rehacer su vida.

 

Tenemos la necesidad de más voluntarios. ¿Para qué? Hay que estar con la gente, quieren ser escuchados. Para el desayuno y cena ellos se organizan, pero necesita del apoyo de una persona que los escuche; muchos no quieren hablar de su pasado, han estado en la cárcel o son drogadictos. Son casos delicados y cada uno es distinto. No lo contarán en público. La misión del voluntario es estar con la gente.»

A medida que pasa el tiempo y más gente ve en el templo su hogar, emergen las necesidades. La solución es tocar puertas, ir a las organizaciones y fundaciones para que respalden el trabajo diario en la Iglesia de La Soledad. Ángel Vallejo describe cuáles son esas necesidades: «Ahora estamos detrás de una lavadora industrial, montando un ropero y poner a punto unas duchas para que la gente pueda mudarse de ropa. La Iglesia tiene sus deficiencias como edificio. Fundación Slim nos echará una mano y en febrero comenzarán la restauración urgente del edificio para después dar pasos en la consolidación de las mejoras del templo que es muy rico y debemos poner al servicio de la gente».

No sólo de pan vive el hombre

Acompañando al sacerdote llegan a La Soledad los que entregan alma y vida para revitalizar a Mensajeros de la Paz. Han puesto al servicio de los pobres sus talentos y cualidades.

Alejandro Carrillo fue uno de los pioneros en la experiencia de la Iglesia abierta y tuvo el olfato para dar a los demás lo que pocas veces pueden conseguir: Guitarra y música. «Quisimos promover el idioma universal de los seres humanos, la música, entre las personas que vinieron a dormir al templo. Me invitaron a tocar la guitarra con ellos, para que cantaran con nosotros. Así van saliendo historias. Uno de ellos se sentó a mi lado y me dijo: «Hace mucho que cantaba, pero quiero que sepa que fui parte de un trío hace 30 años. Para mi este es un alimento espiritual que agradezco. Así cada uno pone la parte que puede ser útil para las personas que vienen aquí y formen parte de una comunidad que les da identidad y permite rehacer sus vidas».

Carlos Arroyo narra su experiencia en Mensajeros tratando de desentrañar la esencia de su labor. «Esta es una experiencia única, las necesidades y limitaciones que tenemos para atender a la gente. Siempre encontramos agradecimiento y caras más alegres, al ver que están buscando otra vida y nuevas oportunidades. Esta gente no es fácil, han tenido problemas de conducta y de actitud ante la vida y nosotros mismos. Es difícil que ellos se abran… A veces necesitamos de diversos métodos para abrir la relación. Los riesgos son grandes, pero afortunadamente no ha habido muchos problemas. La gran mayoría son gente buena.

«Es un renacimiento»

Araceli Rodríguez es la secretaria de Mensajeros de la Paz y se convierte en uno de los elementos importantes, brazo derecho en la labor de Ángel Vallejo. Lo mejor está por venir según su testimonio. «En este momento se abre un capítulo muy importante e interesante. La Soledad ha abierto sus puertas a los indigentes como Iglesia 24 horas que es prácticamente única en el mundo. La labor del padre Benito es extraordinaria, de líder. Ha logrado que algunas instituciones hayan aportado importantes donaciones en especie, comida y medicina, además de las brigadas de salud y de trabajo social. Arrancó muy fuerte gracias a la labor del padre Vallejo quien nos ha puesto en orden. Para Mensajeros de la Paz en México es un renacer a la manera de las primeras comunidades cristianas.

Alianzas estratégicas

Mensajeros de la Paz México realiza importantes convenios para dar de comer a quienes lo necesita. La Cosmopolitana, empresa mexicana dedicada a proveer servicios integrales de alimentación y servicios generales, ha sido parte en la manutención de los ancianos en Tepito proveyendo 300 comidas diarias por lo que puede cubrirse con sus necesidades alimenticias.

De acuerdo con el padre Ángel «Estamos empezando a tener alianzas con empresas financieras en Cancún. Nos han ofrecido un área agrícola importante cercana a Valladolid. Con La Cosmopolitana, empresa que reparte en cárceles y hospitales que nos ayuda con el difícil tema de la comida y lo es así porque necesita regularidad. Se están dando muchas cenas y desayunos, es mucha gente comiendo. Ellos nos han garantizado la estructura y alimentos de calidad.

Central Hoteles nos echarán una mano con sábanas y materiales que ya no necesitan. Hemos entrado en contacto con particulares quienes nos están patrocinando.

Las necesidades son muchas, pero el estilo de Mensajeros es conectar entre quienes quieren ayudar y necesitan ser. No es solo que la gente dé dinero, sino que esté realmente implicada.

Mensajeros está en la línea de lo que la Iglesia pide. En una Iglesia emblemática, el Templo de La Soledad, puede haber la certeza de que las puertas estarán abiertas, habrá un café caliente y alguien que siempre esté dispuesto a escuchar. Es una tarea de la Iglesia de hoy.

Ángel Vallejo concluye «Mensajeros de la Paz tiene por objetivo hacer que no haya pobreza en el mundo. Lo ideal es que tuviéramos que desaparecer. Por desgracia las necesidades son muchas y en todos los sitios. Que todos los que vean estas necesidades se sienta un Mensajero de la Paz y haga lo que pueda. El padre Ángel lo dice muchas veces: Mensajero de la Paz somos todos. Si Dios te pone enfrente una necesidad es porque Él quiere que tú la arregles. Echa una mano a quien lo necesite».

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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