La gente no descubre a Dios
Cuenta Jordi Marura en Las Provincias que la crisis no es sólo económica. La falta de vocaciones atenaza desde hace años a las dos diócesis en que se divide la provincia, la de Segorbe-Castellón y la de Tortosa, a partes iguales. La primera ha decidido no esperar a que la llamada divina llegue a sus futuros sacerdotes y ha puesto en marcha un ‘seminario familiar’ dirigido a menores de edad, por encima de los 12 años, que muestren «gérmenes de vocación sacerdotal».
En un comunicado remitido ayer, el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, pide a los sacerdotes que durante las próximas semanas «se comprometan activamente en una campaña vocacional para encontrar candidatos» para participar en este seminario. La iniciativa, añade, se dirige a «muchachos» que estén dispuestos a «participar en un proceso de discernimiento y de acogida de su posible vocación sacerdotal».
A diferencia del seminario menor tradicional, los jóvenes no llevarán un régimen de internado ni realizarán sus estudios en un solo centro, sino que vivirán en sus casas y asistirán a las clases en su colegio o instituto. Una vez al mes tendrán actividades «vocacionales y formativas para ayudarles a responder a las preguntas que anidan en su corazón sobre una posible vocación sacerdotal».
La idea de buscar vocaciones entre los menores, tal como explican fuentes de la diócesis, responde a la «preocupación por el escaso número de seminaristas mayores y la alta edad media del clero». Aunque no se han podido facilitar datos para este año, el Seminario Mater Dei de Castellón ha experimentado en los últimos cursos un acusado descenso en el número de matriculados, pasando de 42 a apenas 28 seminaristas en el año académico 2007-2008.
Una situación similar se vive en la diócesis de Tortosa. En el presente año sacerdotal este obispado arranca con seis seminaristas. La cifra es sensiblemente superior a la del pasado año gracias a la incorporación de un diácono. En 2008 hubo tres ordenaciones, en 2009 tan sólo una y tardarán años en verse nuevas ordenaciones. Tres de los seminaristas vienen además de América del Sur.
Ante el complejo futuro de las vocaciones en Els Ports y el Maestrat, el seminario ha puesto en marcha el centro diocesano de vocaciones Mossén Sol. Xavier Vilanova, delegado de Pastoral Vocacional, explicó ayer que en el presente curso se intentará crear un equipo numeroso que trabaje en tres pilares como son la espiritualidad a través de las plegarias y el crecimiento personal para conocer a Dios; la animación a la cultura vocacional en colegios, parroquias y catequesis hablando de la vocación y el compromiso y, por último, en el acompañamiento a los jóvenes que «sienten algo».
Paralelamente, en los jueves sacerdotales de primeros de mes se promueve, con rezos, que haya más jóvenes que se quieran dedicar al sacerdocio. También hay una cadena formada por 250 personas que rezan por un sacerdote y por un seminarista. «Pero ahora toca trabajar», explica Vilanova, consciente que no todo hay que dejarlo en manos de las oraciones.
«Hacen falta muchos seminaristas, pero quien trabaja tiene su recompensa», señala y atribuye la situación a que, sencillamente, «la gente no descubre a Dios».
Sin embargo, Juanjo Roca, sacerdote de las parroquias de Forcall, Cinctorres, la Todolella, la Mata, la Llècua, Olocau, Castellfort y Portell, es optimista. Y asegura que «si bien es Dios quien llama, debemos trabajar para que la gente encuentre en nuestras actuaciones y trabajo una respuesta y se ilusione».