"Todos estamos en una misma barca"

Elecciones en Confer

Análisis del presente, y el futuro, de la vida religiosa y su relación con la CEE

El dialogo con la Conferencia Episcopal se debe retomar, desde el reconocimiento de las particularidades, pero desde el deseo de colaboración y de superar, por ambas partes, los personalismos.

Miguel Ángel Escribano Arráez, ofm (Secretario General del Instituto Teológico de Murcia).-Mucho se va a hablar, y de hecho ya se está haciendo, de CONFER en los próximos días, cuando se acercan unas elecciones todos aprovechan para analizar como se ha trabajado en el tiempo que concluye, y la esperanzas o expectativas que se esperan del nuevo equipo que tome las riendas de la Conferencia.

El tiempo que acaba es posible que no haya sido el mejor que haya vivido CONFER en sus años de existencia, se han quedado algunos frentes abiertos a los que la nueva junta directiva deberá afrontar y no obviar, pues en ellos está en juego la necesidad de que exista la Conferencia como tal.

La primera gran cuestión es ver a quién representa CONFER, no cabe duda que era necesario que los religiosos dedicados a la enseñanza (FERE) o a la atención sanitaria (FERS) creasen sus propias estructuras, ya que desde la peculiaridad de su función necesitan unos espacios propios para negociar su situación ante el Estado, o las Comunidades Autónomas.

Pero ello no debe ocultar que CONFER es la representación de la vida religiosa en España, debemos pedir de ella que su representación sea general y atenta a todas las formas de vida consagrada existente. Eso implica que se sea consciente que aquellas formas de vida consagrada que tengan matices particulares y como tal deben buscar sus propios espacios de representación. Pero hay unos elementos comunes a la vida religiosa como son los aspectos pastorales y de acción social.

CONFER debe cuidar y valorar estos elementos, con ayudas no sólo de materiales de estudio sino también económicas, no es cuestión de derivar estas actuaciones a las delegaciones locales, ambos campos son prioridad para la presencia de la vida religiosa en la Iglesia y en la Sociedad y deben fomentarse y cuidarse desde la CONFER nacional. Tarea ardua que en este período que acaba se ha enfocado de un modo un tanto disperso.

La segunda tarea que debe afrontar el nuevo equipo de gobierno es el de mostrar a los religiosos como miembros de la Iglesia, tanto a nivel interno como de relaciones externas. Hay que recuperar la realidad de que todos estamos en una misma barca y si esta debe elevarse hacia un horizonte lleno de esperanza, todos debemos remar en una misma dirección.

El dialogo con la Conferencia Episcopal se debe retomar, desde el reconocimiento de las particularidades, pero desde el deseo de colaboración y de superar, por ambas partes, los personalismos. La iglesia, en todos sus instituciones, debe mostrarse ante la sociedad como signo de unidad.

En definitiva, una de las cosas más importantes que tiene la Vida Religiosa es que no se perpetúan las personas en los cargos, lo hagan bien o mal, llegado el tiempo para el que han sido elegidos lo dejan y nuevas personas afrontan una nueva etapa, con ánimo renovado.

 

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído