Ganó la estrategia del cardenal Rouco, apoyado por el cardenal Cañizares
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Cuenta Pedro Ontoso en El Correo que José Ignacio Munilla, actual obispo de Palencia, viajó ayer a Roma para recibir instrucciones de la Santa Sede en su próximo cometido como futuro obispo de San Sebastián, según ha podido saber este periódico en fuentes de la capital del Tíber.
El prelado donostiarra sustituirá en breve a Juan María Uriarte al frente de la Iglesia guipuzcoana, tal y como adelantó EL CORREO. Uriarte presentó su dimisión en junio de 2008 al cumplir 75 años, en cumplimiento con lo que estipula del Derecho Canónico.
Pese a que monseñor Uriarte ha intentado con todos los medios a su alcance tejer un relevo menos radical para su diócesis, la estrategia del cardenal Rouco Varela, número uno de la Conferencia Episcopal Española, habría salido adelante, esta vez con el apoyo del cardenal Antonio Cañizares, destinado ahora en el Vaticano tras pasar por el arzobispado de Toledo.
El nombramiento de Munilla al frente de una de las diócesis más complicadas de España, y con una identidad particular muy marcada, tanto en su doctrina eclesial como en su discurso político, supondría una desautorización en toda regla de la línea pilotada por José María Setién, en su día, y continuada después por Juan María Uriarte.
Ambos han sido obispos de Munilla cuando el actual prelado, identificado con el sector más conservador, ejercía su ministerio sacerdotal en la parroquia de El Salvador, en la localidad guipuzcoana de Zumárrga, encastillado en su propia burbuja pastoral.
Su ascenso al episcopado, hace ahora tres años, supuso ya entonces un varapalo a la jerarquía guipuzcoana, y no pocos advirtieron en esa decisión un movimiento de calado por parte del Vaticano, en lo que se consideraba un nombramiento de ida y vuelta.
Vuelta de tuerca
Fuentes conocedoras del proceso consideran que se trata de una vuelta de tuerca «excesiva» por parte de la Santa Sede, que provocará fuertes críticas en Euskadi, tanto en los medios eclesiales como en los políticos, donde el nacionalismo ha mantenido una posición de cercanía a la Iglesia, fraguada a lo largo de muchos años.
En círculos eclesiales se especula con el momento en el que se hará público el nombramiento, toda vez que el nuevo nuncio en España, el italiano Renzo Fratini, todavía no ha presentado sus credenciales ante el Rey, protocolo que se espera para los próximos días.
El embajador de la Santa Sede sí que ha mantenido ya un encuentro informal con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. En cualquier caso, una vez encauzada la decisión del Vaticano, no habría por qué esperar a la formalización de la toma de posesión del nuncio para hacer público el nombramiento de Munilla. Es lo que acaba de pasar en el arzobispado de Sevilla con el relevo del cardenal Amigo
