Durante su época de párroco en Zumárraga, su línea pastoral no tenía nada que ver con la de la diócesis
Hoy, a las 12, después del ángelus del Papa en Roma, la Nunciatura apostólica en España publicará la nota habitual dando cuenta de dos nombramientos episcopales: Jesús Sanz, hasta ahora obispo de Huesca y Jaca, será el nuevo arzobispo de Oviedo y José Ignacio Munilla, obispo de Palencia, sucederá a Juan María Uriarte al frente de la diócesis de San Sebastián. Si el primer nombramiento entra dentro de la lógica eclesiástica, el segundo se presenta mucho más polémico. Tanto por la persona del nuevo obispo donostiarra como por lo que representa.
Llega a Guipúzcoa una cuña de la misma madera. Es decir, un obispo nacido en San Sebastián el 13 de septiembre de 1961. A sus 48 años, es, pues, un prelado con mucho recorrido y futuro asegurado en el mapa episcopal vasco y español. Los sectores más nacionalistas, que seguramente le recibirán de uñas, no podrán ponerle pegas por ser de fuera. Y ni siquiera por no dominar la lengua, porque Munilla habla el euskera a la perfección.
El rechazo no será tanto ideológico (que también, el nuevo prelado pasa por ser uno de los más conservadores de la jerarquía española) cuanto eclesiástico. Es decir, su nombramiento se interpreta entre los laicos más comprometidos y, sobre todo, entre el clero guipuzcoano como «una doble bofetada«.
Primero al obispo saliente, monseñor Uriarte, que, hasta el último momento mantuvo la esperanza de una sucesión negociada. Trató de convencer al cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, máximo muñidor de los nombramientos episcopales en España, y al propio Vaticano de la necesidad de un cambio progresivo.
Pero tanto Rouco como Roma optaron por una cambio drástico. El cardenal de Madrid tiene prisa por acabar de remodelar el mapa episcopal vasco. Una remodelación que comenzó con la llegada de Ricardo Blázquez a Bilbao, continuó con el reciente nombramiento de su auxiliar, Mario Iceta (llamado a sucederle), y culmina, ahora, con el nombramiento de Munilla para la diócesis donostiarra.
En segundo lugar, el clero guipuzcoana lee la llega de su nuevo obispo como una «desautorización total y completa» de la línea seguida por la Iglesia que peregrina en al País Vasco desde el Vaticano II. Una línea encarnada y comprometida, liderada primero por monseñor Setién y, después, por Juan María Uriarte.
Y no es que monseñor Munilla no crea en el Vaticano II, pero, como otros muchos prelados conservadores, cree que, a su socaire se han cometido excesos y es hora de ponerles coto. El nuevo obispo se educó precisamente en el seminario de Toledo, escapando de los aires demasiado abiertos y terrenales que, a su juicio, se respiraban en el de San Sebastián. E, incluso durante su época de párroco en Zumárraga, su línea pastoral no tenía nada que ver con la de la diócesis.
Ahora vuelve con un objetivo claro: meter en cintura a sus antiguos compañeros. Y con la fuerza y la autoridad moral que da el báculo y la mitra. «No habrá rebelión ni sentadas contra el obispo, pero sí cierta resistencia pasiva, si no se encarna en la realidad de la diócesis», dice un cura que pronostica un enfrentamiento soterrado del clero con el mitrado desde el principio.
«Es un trágala y la Iglesia vasca no se merece algo así«, concluye. Educado en la mística de la cruz, a monseñor Munilla tampoco le temblará el pulso. Está, pues, servido el choque de trenes eclesiásticos en Guipúzcoa.
Por otra parte, desde su nueva sede, monseñor Munilla se convertirá en una estrella mediática, como lo fueron sus predecesores. Por ser obispo de san Sebastián y porque nunca se ha mordido la lengua. Por vez primera desde hace décadas, Rouco tendrá en Euskadi un altavoz que repetirá, por convicción, sus mismas consignas. Y las defenderá con el arrojo de los jóvenes cachorros.
Una puesta quizás demasiado arriesgada, que podría pasar factura al cardenal de Madrid. Pero si le sale bien, lo consagra como el purpurado que consiguió cambiar el rostro del episcopado a su imagen y semejanza. Algo que nadie antes había conseguido.