Discurso de apertura de la Asamblea Plenaria del Episcopado

Rouco elude la crítica a la Ley del Aborto o a quienes la voten

El cardenal pide un pacto educativo que respete los derechos de la Iglesia

Rouco dio por finalizada la "crisis vocacional", culpando de la misma a la herencia del Concilio

Con suavidad, y sin tocar ninguno de los temas que colocaron a la Iglesia católica en el disparadero (Ley del Aborto, excomunión para los políticos que voten a favor de la misma o polémicas como la del crucifijo) en las últimas semanas. Así fue el discurso inaugural del cardenal de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, en la Asamblea Plenaria del Episcopado. Un discurso moderado que sólo se endureció al final del mismo, cuando Rouco denunció que la vigente regulación de la enseñanza religiosa en la escuela no se adecúa a lo previsto en el acuerdo sobre Educación y Asuntos Culturales entre la Santa Sede y España.

No hubo una sóla referencia a la polémica suscitada por su portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, sobre los políticos católicos que voten la anunciada reforma de la Ley del Aborto, ni siquiera una valoración de la misma, aunque fuera citando el documento de la Comisión Permanente de junio. Siguiendo la estrategia de «perfil bajo» acordada con la vicepresidenta De la Vega, las apreciaciones de Rouco Varela se plantearon en el ámbito de lo general, sin hacer referencia a la situación específica de nuestro país.

Así, Rouco señaló que «la ética de la sexualidad y de su apertura a la vida en el matrimonio no es una cuestión de mera moral, sino precisamente uno de los pilares de la ética social», por lo que criticó a aquella sociedad que «se encamina hacia la negación y la supresión de la vida«. «La apertura moralmente responsable a la vida es una riqueza social y económica», añadió Rouco, quien incidió en que el bajo índice de natalidad «es un problema crucial para las sociedades de mayor bienestar».

«Si no se respeta el dercho a la vida y a la muerte natural, si se hace artificial la concepción, la gestación y el nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigación, la conciencia humana acaba perdiendo el concepto de ecología humana y con ello de la ecología ambiental», continuó el cardenal, exigiendo que uan auténtica preocupación por el medio ambiente debe tener en el centro a la persona.

Sí fue más directo el cardenal de Madrid a la hora de hablar de la propuesta de «pacto escolar«, que asumió como propia, así como la «preocupación» de los obispos «por la deficiente regulación jurídica de la enseñanza de la Religión y Moral Católica en la escuela». «Estimamos que la regulación vigente sobre esta materia no se adecúa a lo previsto en el Acuerdo sobre Educación y Asuntos Culturales entre la Santa Sede y España«, resaltó el purpurado, quie añadió que «la carencia de una verdadera alternativa académica» coloca a los profesores y alumnos de esta materia «en una permanente situación de verdadera heroicidad pedagógica«, puesto que reciben dicha formación «en condiciones difíciles y discriminatorias».

Rouco Varela se refirió también a Educación para la Ciudadanía, para recordar que esta materia «habría de ser programada como materia de formación estrictamente cívico-jurídica y no -según es ahora el caso- como una materia de formación moral y de visiónd el hombre, de la vida y del mundo, fórmula típica de una enseñanza ideológica y adoctrinadora«.

A continuación, el presidente del Episcopado también habló del fracaso escolar, la indisciplina y la violencia en las aulas, las pérdida de autoridad el profesorado y de «una educación sexual impartida sin criterios morales y sin que los padres de los alumnos la conozcan«. En este punto, y para que «el problema educativo sea bien resuelto», Rouco Varela pidió dejar clara la cuestión de la titularidad del derecho a la educación, en virtud del artículo 27 de la Constitución. Así, en una escala de mayor a menor, Rouco colocó a los padres y la sociedad, el Estado y las instituciones sociales educativas. «Si hay voluntad de lograrlo, de respetarlo y de cuidarlo en la legislación ordinaria, en la administración y en la praxis social, el pacto escolar podría ser una realidad fecunda para el futuro de la educación en España», concluyó el cardenal.

En otro orden de cosas, y con motivo del Año Sacerdotal, Rouco Varela dio por concluida la «crisis del sacerdocio» de «los años siguientes al Concilio», que achacó a «los problemas doctrinales como los existenciales, derivado de interpretaciones del Concilio que se situaban en clara ruptura con la Tradición de la Iglesia» y que «han perdido virulencia», en contraposición a «los nuevos carismas y realidades eclesiales», donde van surgiendo nuevas vocaciones. Pese a todo, reconoció la alta media de edad del clero español.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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