Lo denuncia el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez

La Iglesia acusa al Gobierno de imponer “su” educación sexual

La asignatura de Educación sexual obligará también a los centros católicos

“El Estado se entromete de nuevo en la intimidad de los alumnos”

El nuevo proyecto de ley del aborto es sólo la punta del iceberg de un «ambicioso plan de introducción de la llamada ‘salud sexual y reproductiva» en la escuela pública. Lo denuncia el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez. Este plan prevé que la nueva asignatura sea obligatoria en todos los centros, incluidos lo católicos, y , además, impartida por «personal sanitario».

Braulio Rodríguez advierte («¡atención, padres!») que el capítulo educativo de la futura ley del aborto indica que «los poderes públicos apoyarán a la comunidad educativa en la realización de actividades formativas relacionadas con la educación sexual«.

¿Qué quiere decir esto en cristiano? Según el arzobispo, quiere decir que las autoridades públicas «obligarán a la comunidad educativa a impartir la educación sexual según las directrices del Gobierno de turno».

Algo que, como denuncia el prelado de Toledo, «ya se viene sucediendo en muchos materiales didácticos sobre educación para la salud, donde se introducen talleres de salud sexual sin informar a los padres».

Pero la educación sexual en la escuela será algo mucho más sistematizado. Braulio Rodríguez denuncia que, de hecho, el «ministerio de Sanidad está elaborando ya una normativa legal que obligará a los centros educativos, sin excepciones, a impartir educación sexual a todos los alumnos».

Los profesores de esta nueva materia no serán los del centro, «sino personal sanitario externo designado por la Administración o aquellos profesionales que el gobierno quiera capacitar y acreditar».

Y, a diferencia de lo que está ocurriendo con Educación para la Ciudadanía, «no cabrá que los centros educativos apelen a su ideario». Es decir, los colegios católicos concertados no podrán negarse a dar la asignatura y, además, tendrán que impartirla tal y como les diga el ministerio de Sanidad.

Otra intromisión del Gobierno en la intimidad

Esto es, según el prelado, lo que «se esconde detrás de la ley en trámite del aborto». Porque esta ley «parte del supuesto de que una educación sexual adecuada la mejora del acceso a métodos anticonceptivos y la disponibilidad de programas y servicios de salud sexual y reproductiva es el modo más efectivo de prevenir, especialmente en personas jóvenes, las infecciones de transmisión sexual, los embarazos no deseados y los abortos».

Es la terminología de la Conferencia de Pekín de 1995 que, según el arzobispo, «desde entonces ha justificado en el mundo esterilizaciones masivas, la propagación del aborto precisamente como derecho de la mujer» o la «restricción de los derechos de conciencia de los médicos».

«¿Les suena?», se pregunta monseñor Braulio Rodríguez. A su juicio, con esta nueva asignatura «el Estado se entromete de nuevo en la intimidad de los alumnos, ya que el ejercicio de la sexualidad pertenece al ámbito personal y afecta a los valores y convicciones y, por tanto, a la libertad ideológica y de conciencia».

Y como «la carga moral e ideológica connatural a esta materia hace imposible que su transmisión sea neutral», el Gobierno impondrá, con la asignatura de educación sexual, «una antropología y moral concreta que no todos los ciudadanos comparten». Y menos, la Iglesia católica.

 

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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