Juan Carlos Bueno sí está imputado por la supuesta falsificación de un documento del Cardenal Arzobispo de Madrid
La Audiencia Nacional ha acordado no admitir a trámite la denuncia interpuesta por la Asociación de «Víctimas de las Supuestas Apariciones de El Escorial» contra los seguidores de la Virgen de El Escorial. Una vez más los tribunales se pronuncian en contra del intento de D. Juan Carlos Bueno Suescun, presidente de esta Asociación de víctimas, de implicar a la Obra de la Virgen de Prado Nuevo (El Escorial).
La denuncia presentada el pasado 23 de octubre por Juan Carlos Bueno pretendía relacionar a miembros e instituciones de la Obra de El Escorial con personas o entidades involucradas en el llamado «Caso Gürtel», así como con blanqueo de dinero y evasión de capitales. Es ahora la Audiencia Nacional quien quita de nuevo la razón a la Asociación de víctimas, inadmitiendo dicha denuncia, mediante un Auto Judicial de fecha 30 de Noviembre, firmado por D. Fernando Andreu, Magistrado del Juzgado Central de Instrucción nº 4 de la mencionada Audiencia.
Según Pedro Besari, portavoz de la Obra de El Escorial, «esta pretendida Asociación de víctimas no es más que la cobertura jurídica de Juan Carlos Bueno, quien viene presentando contra nuestras instituciones y sus miembros numerosas denuncias, todas ellas archivadas mediante sentencias firmes por diversos Juzgados, así como por la Audiencia Provincial de Madrid, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-León y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Conviene recordar, además, que este señor (Juan Carlos Bueno) se encuentra imputado, por el Juzgado de Instrucción nº 4 de San Lorenzo de El Escorial, por la supuesta falsificación de un documento del Cardenal Arzobispo de Madrid«.
Mañana, sábado, día 5 de diciembre, miles de peregrinos de distintas partes de España y de otras naciones acudirán a Prado Nuevo en El Escorial (Madrid), a rendir homenaje a la Virgen de los Dolores con la celebración de la Eucaristía a las 4 de la tarde, en la que suelen participar alrededor de una veintena de sacerdotes, seguida de procesión y el rezo del Rosario.