Posteriormente se le someterá a una nueva intervención para reconstruirle la oreja y la mano
Cuenta L. Derqui en Abc que el pequeño Josué se recupera en la UCI de la Clínica El Consuelo de Valencia y, si todo evoluciona como está previsto, en diez días abandonará el hospital con un cráneo nuevo. Cuando apenas era un bebé un incendio le provocó graves quemaduras y además del cráneo le afectó a la oreja y la mano. Su vida ha sido un auténtico calvario y las heridas le obligaron a vivir con un casco para evitar que cualquier golpe pudiera matarle al tener el cerebro desprotegido.
«Era un niño Jesús roto», según destacó ayer el Padre Angel, fundador de la ONG Mensajeros de la Paz, quien ha traído al pequeño desde El Salvador para que Pedro Cavadas pudiera reconstruirlo mediante técnicas de microcirugía vascular.
En la intervención se le realizaron injertos extraídos de sus costillas, una operación que se ha llevado a cabo en ocasiones anteriores pero que en esta ocasión tenía la dificultad añadida de que el pequeño tenía un injerto de piel encima del cerebro «y no era fácil separarlo», según explicó el propio cirujano, quien añadió que posteriormente se le someterá a una nueva intervención para reconstruirle la oreja y la mano.
El antecedente de Josué
El caso del pequeño Josué tiene otro antecedente con quien también comparte nombre. Eduardo Josué es un niño guatemalteco que sufrió un grave accidente con tres meses que le provocó una rotura de cráneo. El pequeño fue operado en 2007 también por Cavadas, quien puso fin a once años de innumerables operaciones y dolorosas curas, al reconstruirle la cabeza con cuatro de sus costillas.