El arzobispo defiende el papel social de esta institución, "volcada en los más pobres"
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El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, considera el aborto «un crimen», uno de los más «absurdos y graves» que existen y ante el cual «ningún cristiano puede objetivamente defender lo contrario», pues forma parte de una «cultura de la muerte» que no tiene, a su juicio, «presente ni futuro».
En el transcurso de los Desayunos de EFE en el hotel Westin, Osoro se ha pronunciado así en relación al debate sobre la reforma de la Ley del Aborto que se debate en las Cortes y la postura de la Conferencia Episcopal Española sobre los católicos que den su voto a ese proyecto legislativo, que estarán en situación de pecado y se les podrá negar la comunión.
«Lo que pienso es lo mismo que piensa la Iglesia», responde al ser preguntado sobre las declaraciones del presidente del Congreso, José Bono, quien ha lamentado que a él se le pueda negar ese sacramento cuando el «asesino desalmado» Pinochet sí comulgó.
No obstante, matiza sobre Bono: «Es amigo y le conozco. Y si es un cristiano que en conciencia reconoce que defiende la vida, sí» le daría la comunión, aunque insiste en que él no puede entrar «en la conciencia de un católico». «Él sabe cuál es la doctrina de la Iglesia», añade.
En cuando al aborto, Osoro se muestra tajante («es de las cosas más graves que pueden existir en este mundo») y separa su gravedad de la de otros temas, como el abuso de menores por parte de sacerdotes católicos: «Todas las cosas están mal pero es muy distinto quitar la vida a alguien que abusar de alguien, del que no hay derecho a abusar, naturalmente, pero no le quitas la vida».
«Las varas de medir han sido duras para ambas cosas y me remito a lo dicho al respecto por el papa Benedicto XVI. No tiene comparación una cosa con la otra, son dos situaciones distintas» que no pueden ser consentidas en ningún caso, según el arzobispo.
En su opinión, la jerarquía eclesiástica «no impone», sino que «propone» una doctrina sobre valores que conforman «una forma auténtica de libertad», mientras que sobre las manifestaciones convocadas por foros y entidades a favor de la familia y en contra del aborto, señala que la Iglesia «las ve bien» y se muestra «seguro» de que en ellas participa también «gente no es cristiana».
Por otra parte, Osoro (Castañeda -Cantabria-, 1945) reivindica la «actitud» de la Iglesia en la Transición, pues fue la institución «que más hizo por la reconciliación» en España, y aboga por volver, en estos tiempos de crisis «y crispaciones», a «entendernos, comprendernos y dialogar más que nunca«.
El arzobispo defiende el papel social de esta institución, «volcada en los más pobres» y que actualmente, con organismos como Cáritas, ofrece constantes respuestas solidarias a los colectivos más desfavorecidos, entre ellos los inmigrantes, aunque reconoce que este tipo de servicios sociales está «desbordado» por la demanda.
No obstante, opina que la económica no es tan «profunda» como la crisis «de valores, de sentido y de verdad» que sufre la sociedad actual y ante la cual «la Iglesia puede hacer mucho» por solucionarla y «decir claramente que Jesucristo es la salvación».
Carlos Osoro valora la labor de cooperantes como el ex misionero Vicente Ferrer, fallecido en la India el pasado mes de junio, pero considera que «no es lo mismo» ayudar y «dar las cosas» por «un imperativo que te nace del encuentro con Jesucristo» que «darlas simplemente porque te parecen buenas. A la larga es muy distinto».
En cuanto al papel de las mujeres en la Iglesia, defiende que «siempre han tenido responsabilidades» aunque sobre el sacerdocio asegura: «Por propio deseo de nuestro Señor, quiso que lo ejerciesen hombres».(RD/Agencias)