"Es tiempo de «nueva evangelización» y de primer anuncio en nuestro propio territorio
La Conferencia Episcopal ha remitido un mensaje a los sacerdotes españoles, con motivo del Año Sacerdotal decretado por Benedicto XVI. En el mismo, los obispos reivindican la la labor de los curas de nuestro país y «damos gracias a Dios por todos vosotros; por el don de vuestra vocación, que es regalo del Señor, y por vuestra tarea, respuesta en fidelidad».
Fidelidad, comunión y testimonio son algunos de los términos que más se repiten en el mensaje episcopal a los sacerdotes, que siguen «con la mano puesta en el arado, a pesar de la dureza de la tierra y de la inclemencia del tiempo».
Echando mano de la Evangelii nuntiandi, los obispos llaman a los sacerdotes a «ser testigos«, puesto que «el mundo de hoy atiende más a los testigos que a los maestros». «Si atiende a los maestros, es porque son testigos». En opinión el Episcopado, una de las claves para vivir el Año Sacerdotal debe ser «renovar el carisma recibido» con el sacerdocio, lo que implica «fortalecer la amistad con el amigo».
Más allá de la acción, y del anuncio, «el sacerdote debe ser, ante todo, un hombre de oración, como lo fue Jesús», apuntan los obispos, quienes recalcan que la amistad con el Señor «es expresión de la fidelidad de Dios para con su pueblo y reclama nuestra fidelidad, que es una nota del amor verdadero. La fidelidad brota espontánea y fresca de la amistad sincera. En la fidelidad el primero es el otro».
Y es que la amistad con Jesús «exige gratitud y reconocimiento de su señorío: escucharle, no ocultarlo, transparentarlo, darle siempre el protagonismo». Además, la fidelidad reclama «perseverancia, porque la fidelidad es el amor que resiste el desgaste del tiempo».
¿Cuál es la misión de los sacerdotes hoy? Los obispos son claros: «La tarea del pastor es cuidar, guiar, alimentar, reunir y buscar» Porque «buscar es hoy especialmente necesario. Desde el seno del Padre, el Señor vino a buscar a la humanidad perdida». Del mismo modo, «también hoy Jesús sale cada día a buscarnos y no deja de enviarnos la fuerza de su Espíritu, principal agente de la evangelización».
Como pastores del rebaño de la Iglesia, los sacerdotes no deben ser «sedentarios», sino trabajar «a campo abierto». «Por eso nos sentimos tan orgullosos de los sacerdotes que anuncian el Evangelio en otros países».
También en España, donde animan a «conducir otras ovejas al redil». Para los obispos, «es tiempo de «nueva evangelización» y de primer anuncio en nuestro propio territorio. En esta tarea, la comunidad y el pastor, a la vez, han de ser hoy los misioneros», para lo cual debe contar con los laicos y la vida religiosa.
«Pedía el Señor, por otra parte, que el Padre no nos saque del mundo -añade el mensaje-. Los sacerdotes, como el propio Cristo, estamos en el mundo y somos para el mundo, sin ser del mundo«, pero dando ejemplo, «siendo con nuestra vida transparencia del amor de Dios que salva al mundo amando a los hermanos»
El sacerdote, «que prolonga la misión de Cristo, tiene también la misión esencial de «reunir», es decir, ser ministro de comunión, hasta dar la vida si es preciso». La «pasión por la unidad y por la comunión de la Iglesia bajo la guía del Sucesor de Pedro» son fundamentales para los obispos, que piden «evitar toda desafección y alejamiento». Porque, en definitiva, «vosotros, los sacerdotes, sois importantes no sólo por lo que hacéis, sino, sobre todo, por lo que sois».