Todo vale contra los más desfavorecidos, ni siquiera se nos permite reunirnos y protestar pacíficamente en una iglesia
La Ertzaintza desalojó la noche del pasado viernes a un grupo de parados que se había encerrado en la catedral de Santiago, en el Casco Viejo bilbaíno, para reclamar «un trabajo para todos» y un «salario social digno». Lo cuenta El Correo. El encierro comenzó en torno a las siete de la tarde. Los concentrados entraron en el templo con todo lo necesario para pasar una noche, ropa de abrigo, algo de comida… pero apenas estuvieron unos minutos. Tras una denuncia de «las autoridades eclesiásticas», agentes de la Policía autonómica identificaron a los congregados y les invitaron a abandonar la iglesia.
La Asamblea de Parados de Vizcaya, a la que pertenece el grupo que se encerró en Santiago, se manifestó ayer por la mañana en una marcha que recorrió la Gran Vía y en la que un Olentzero desempleado fue dejando regalos en las sedes de la Diputación, los Gobiernos vasco y central y la patronal.
«Todo vale contra los más desfavorecidos, ni siquiera se nos permite reunirnos y protestar pacíficamente en una iglesia», denunciaron. Aseguran que existen en España un millón y medio de familias con todos sus miembros en paro y critican que las prestaciones y ayudas a los desempleados son «escasas o inexistentes». Los parados empiezan a «desmoralizarse» y en 2010 «la situación se agravará», auguran.
La asamblea critica las medidas adoptadas contra la crisis tanto por el Gobierno central como por el vasco, y la respuesta «nula» de los sindicatos. Consideran que las campañas de control contra el fraude en las ayudas sociales trata de «criminalizar a los perceptores, en su mayoría gente necesitada».