Rouco: "Aquí donde están los incomprendidos y los rechazados, ha venido la Iglesia para estar con ellos"
Los internos de la cárcel de Soto del Real dieron ayer la bienvenida a la cruz y el icono de la Jornada Mundial de la Juventud, en su recorrido por las parroquias, colegios e instituciones de diverso tipo de la diócesis de Madrid. Se trata del establecimiento penitenciario más grande de la Comunidad de Madrid, con más de 1.800 presos de diferentes condiciones, razas y religiones.
El cardenal Antonio María Rouco acompañó los emblemas de la JMJ, y celebro la Misa en el auditorio del centro penitenciario para unos 250 reclusos, además de felicitarles la Navidad y hablarles de la visita del Papa a Madrid en agosto del 2011.
La cruz fue introducida en el Centro por un grupo de reclusos, muy emocionados. Después, uno de ellos, en nombre de los presentes, dio la bienvenida al cardenal y a la Cruz de la JMJ: «Gracias por acordarse de nosotros y venir a compartir su tiempo en estas fechas tan señaladas».
Durante la homilía, el cardenal Rouco se refirió a las celebraciones navideñas: «Venimos a celebrar con gozo la Navidad porque en toda circunstancia, también aquí, se puede celebrar la Navidad».
El arzobispo de Madrid también tuvo un recuerdo especial para Juan Pablo II, el Papa con el que se iniciaron las jornadas y el que regaló a los jóvenes la Cruz que hoy visitaba la cárcel de Soto del Real y que lleva recorriendo el mundo 25 años. «El objetivo de las Jornadas de la Juventud es que los jóvenes conozcan a Cristo como el camino, la verdad y la vida», afirmó el cardenal.
Los presos siguieron con atención las explicaciones sobre la JMJ de Madrid, y se ofrecieron a echar una mano: «nos encantaría ayudar desde la cárcel, por favor no olvidéis que aquí tenéis unos voluntarios para todo lo que haga falta y podamos hacer dentro de nuestras imitaciones».
Los reclusos prometieron al cardenal y a los voluntarios de la JMJ que acompañaron la cruz y el icono que rezarán para que la organización de Jornada sea un éxito. Los voluntarios aseguraron que harían todo lo posible para que pudieran participar en la Misa del Papa en Cuatro Vientos.
Tras el encuentro con los internos del centro penitenciario el cardenal Rouco quiso destacar por qué la Cruz había visitado la cárcel: «Hemos venido a un lugar de jóvenes, con su vida muy rota y con la necesidad de la gracia de Cristo; aquí donde están los incomprendidos y los rechazados, ha venido la Iglesia para estar con ellos«.