Juan Del Río, arzobispo castrense de España

«Pese a discrepar con el Gobierno, no queremos ruptura sino diálogo»

"Nunca he creído en la pastoral de las tempestades, ni en la negatividad, ni en la pura confrontación"

"Pese a discrepar con el Gobierno, no queremos ruptura sino diálogo"
Juan del Rio

A veces la Iglesia está afónica...No estaría mal que algunos pastores hicieran también cursos de comunicación

Después de una elogiada labor pastoral en Jerez, Juan del Río se dedica en cuerpo y alma a su cometido como arzobispo castrense de España, y a su trabajo como miembro del Ejecutivo de la Conferencia Episcopal. Nos recibe en la sede del Arzobispado en Madrid, y visitamos con él la Catedral Castrense. En su despacho vemos un Crucifijo, por supuesto. También hay dos banderas: una de España y otra del Vaticano. Lo entrevista Diario de Sevilla.

-¿Tiene sentido que exista un Arzobispado Castrense en la España de hoy?

-¡Claro que sí! Todo ciudadano tiene derecho a ser atendido en su creencia religiosa. El militar, por sus especiales condiciones de vida, requiere una atención específica espiritual y pastoral, tanto en los tiempos de paz como en sus misiones en escenarios de confrontación. El Arzobispado Castrense no es un privilegio de la Iglesia en España, sino una respuesta a una demanda de la vida militar, que debe ser atendida por el Estado dentro del marco constitucional y de respeto a la libertad religiosa. Por otra parte, este Arzobispado Castrense no es de época reciente, sino que tiene ya tres siglos de historia.

-¿Existe en otros países democráticos?

-Este servicio religioso existe en todos los países democráticos. Recientemente hemos celebrado en Madrid la XXI Conferencia Internacional de Jefes de Capellanes Castrenses, en la que participaron 126 personas, pertenecientes a 37 países y no sólo cristianos, porque había de 7 confesiones religiosas. La procedencia era muy diversa, desde Nueva Zelanda a Corea del Sur, hasta países del entorno de la OTAN. Allí se pudo constatar que los países europeos del antiguo Telón de Acero, al recuperar las libertades y la democracia, han instaurado este servicio en sus Fuerzas Armadas.

-¿Los soldados españoles son mayoritariamente católicos?

-Siguiendo las estadísticas del catolicismo en España, hay que responder afirmativamente. En su inmensa mayoría son católicos.

-¿Qué tal se lleva el arzobispo castrense con la ministra de Defensa, Carme Chacón?

-Las relaciones son de respeto, fluidas, y de gran colaboración en todo aquello que pueda favorecer el bien espiritual y humano de los militares católicos.

-Como arzobispo castrense también tiene usted unas relaciones especiales con la Casa Real…

-Ciertamente. El nombramiento de arzobispo castrense va unido al de capellán de la Casa Real. Es el único nombramiento episcopal que precisa la firma de Su Majestad el Rey en la propuesta del candidato a arzobispo castrense. Puedo decir que, en el tiempo que llevo, he servido a la Casa Real en todo aquello para lo que he sido solicitado, y que he podido comprobar el gran amor por España de todos los miembros de la Familia Real.

-Ha visitado a los soldados españoles en Afganistán y el Líbano. ¿Qué le pareció?

-Sí, he estado con los soldados españoles en Afganistán y el Líbano, que son dos realidades distintas, porque los conflictos son diferentes. La labor de los soldados españoles en estos conflictos es de una alta responsabilidad, y son admirados por las fuerzas de otros países. Los militares españoles que están en esas zonas conflictivas son muy valorados por su entrega, profesionalidad y valentía.

-¿En Afganistán hay una guerra como la de Iraq?

-Como le he dicho antes, los escenarios bélicos son distintos. Debemos tener claro que en Afganistán se está jugando la seguridad de Occidente, porque la seguridad de nuestras fronteras, estratégicamente, nos la jugamos hoy a muchos kilómetros de aquí. Pasa también con la flota pesquera que faena en el océano Índico. Pues bien, Iraq está en un contexto diferente al de Afganistán o al del Líbano, pero la fuerza del terrorismo internacional se deja sentir en todos esos puntos conflictivos.

-¿Sería conveniente retirar a las tropas españolas de Afganistán o deben seguir?

-Eso no me toca a mí decidirlo: mi misión es exclusivamente espiritual como obispo de la Iglesia.

-Pero su cargo de arzobispo castrense ¿no es más político que el de otros obispos?

-No lo veo en claves políticas. El arzobispo castrense es ante todo un pastor que sirve a los guardianes de la paz, que son los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad del Estado. Para mí lo importante son las personas, no los cargos. Detrás de un uniforme siempre hay un hombre o una mujer que puede necesitar la ayuda o el consuelo de la fe en Cristo.

-¿Qué le parecen las relaciones de la Iglesia con el Gobierno?

-Es público que hay puntos de discrepancia, por todos conocidos. Pero no es un momento de ruptura, sino de diálogo, para la búsqueda entre todos del bien común de nuestros ciudadanos.

-¿No debería haber más colaboración y menos crispación?

-Estoy totalmente de acuerdo. Siempre he dicho que no creo en los profetas de las calamidades, y siempre intento seguir la máxima de San Francisco de Sales, que decía «más se atrae con miel que con hiel». Yo nunca he creído en la pastoral de las tempestades, ni en la negatividad, ni en la pura confrontación… Jesús amonestaba con mansedumbre.

-A pesar de que algunos socialistas dicen que la Iglesia le hace el juego al PP, en las campañas electorales la Conferencia Episcopal sólo da unas orientaciones básicas. ¿Por qué no recomiendan el voto a un partido en concreto?

-Un cristiano adulto en su fe sabe muy bien a quién debe votar, o bien si prefiere abstenerse. Los principios de la doctrina social de la Iglesia son muy claros, tanto en materia sobre la vida como sobre la justicia social. La Iglesia nunca trata a sus fieles como marionetas, sino que como madre y maestra enseña y exhorta la gran Verdad del hombre. Es cada cristiano, en conciencia, a la luz de su fe, el que debe discernir a quién debe votar.

-¿El aborto es un crimen, o es sólo una práctica reprobable?

-Por muchos eufemismos que se quieran buscar, para ocultar el drama del aborto, hay que decirlo claro. La vida solamente pertenece a Dios; y quien atenta contra el ser humano desde el momento de su gestación, o en otras etapas de la existencia humana, comete un abominable crimen, y nunca puede ser considerado un derecho.

-¿Los obispos deben participar en manifestaciones?

-Cada obispo tendrá que buscar siempre el bien de sus fieles, según las circunstancias y los problemas que se debatan. En cada caso, según su conciencia, debe ver lo que es más acertado y más prudente, si hacerse presente, o no, en una manifestación pública.

-¿Usted ha participado como obispo en manifestaciones?

-Participé en una manifestación contra los atentados del 11-M. También he estado en actos de repulsa contra el terrorismo y a favor de las víctimas.

-Como experto en medios de comunicación, ¿cree que la Iglesia comunica bien lo que hace?

-A veces la Iglesia está afónica… A veces no sabemos comunicar todo el bien que hace la Iglesia a la sociedad, tanto en el plano cultural, como en el docente, o el samaritano. No estaría mal que algunos pastores hicieran también cursos de comunicación para preparar sus comparecencias ante la opinión pública y sus homilías, y así llegarían mejor a la gente.

-Quizá no se da publicidad a la obra social de la Iglesia…

-Ocurre que desde algunos estamentos oficiales se intenta disimular u ocultar la obra de la Iglesia a favor de los más necesitados. En estos tiempos de crisis, ¿se conoce de verdad la labor de los comedores de las Hijas de la Caridad, de Caritas, de las parroquias, o de otros centros de la Iglesia? ¿Quién da de comer a los transeúntes? Que pregunten a los párrocos. Los centros oficiales suelen cerrar a las tres de la tarde. ¿Dónde van después los pobres a buscar ayuda?

-¿Son mejores las relaciones de los obispos andaluces con la Junta que las existentes con el Gobierno de Zapatero?

-Las realidades son distintas. En temas como la educación y la vida, pues realmente hay un distanciamiento, tanto del Gobierno central como de la Junta. Lo que ocurre es que a las autoridades más cercanas siempre se las trata más, y en este caso puede haber unas relaciones más fluidas, aunque en el orden práctico se encuentran muchas dificultades.

-¿Le gustaría volver a Andalucía como arzobispo o cardenal?

-Es verdad que resido en Madrid, pero también lo es que no me he ido de Andalucía, porque tengo fieles de mi Arzobispado Castrense en las ocho provincias. Desde Huelva, donde está la base de Arenosillo, a Almería, donde está la Legión. No olvidemos que en Rota está la base más importante de España, y así podría enumerar otras.

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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