La vida es un don de Dios, y nadie puede suprimirla directamente
El recién nombrado obispo de la Diócesis cordobesa, Demetrio Fernández González, que hoy tomó posesión al mediodía en la Catedral de Córdoba, ha asegurado en su homilía a los fieles que «no es posible» el uso compartido de la mezquita. Fernández ha añadido que cristianos y musulmanes «han de colaborar juntos», pero que el uso compartido del templo entre ambos «no contribuiría a la pacífica convivencia de unos y otros«.
De igual manera, ha aclarado que el hecho de compartir la mezquita cordobesa sembraría una confusión propia de «un relativismo que no distingue la identidad y la diferencia de cada uno».
Durante la celebración de la misa, Fernández se ha manifestado a favor de continuar manteniendo los valores eclesiásticos en relación al matrimonio, la educación, la libertad de conciencia, la justicia, los derechos humanos y la vida humana, entre otros.
En relación a la vida humana, el obispo cordobés expuso que la Iglesia «no puede dejar de recordar que la vida es un don de Dios» y que «nadie» puede suprimirla directamente y «menos aún en el seno materno».
Asimismo, ha asegurado que tampoco se puede suprimir en la etapa terminal dado que «la vida y la muerte es digna si se respeta y se mima a la persona hasta el último suspiro».
El acto litúrgico de nombramiento del nuevo obispo ha contado con la presencia del presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela; el nuncio apostólico, Renzo Fratini; el antecesor en el cargo, Juan José Asenjo, actual arzobispo de Sevilla, veintiséis obispos, nueve arzobispos y 400 sacerdotes, entre otras autoridades eclesiásticas.
(Rd/Efe)