Si los que hablaron conmigo me confesaron que no iban a misa... y quieren gobernarla
Con mucha serenidad y sin resentimiento aparente, el obispo De Astorga, Camilo Lorenzo, analizó para Diario de León los últimos acontecimientos sobre los frailes de Rabanal del Camino. Lo entrevista Maite Almanza. Asegura que «los monjes seguirán allí«, y critica la «postura de lo más intransigente» de algunos vecinos.
-¿Ha cambiado algo tras la manifestación del domingo?
-Nada. Los monjes seguirán allí, por supuesto. Si ahora tenemos derecho a echar a unos curas de su parroquia y de su casa… Además, están censados en Rabanal.
-¿Cómo valora la actitud de quienes se oponen a ellos?
-Es una postura de lo más intransigente, de lo más fuera de lugar, no sé cómo decirlo. Es una actitud de dominio sobre los demás. Todos tienen derecho a entrar en la iglesia, está abierta a todos, pero es de la diócesis no del pueblo. Es una falta total de sentido común, una ignorancia total de la vida en la sociedad. No entienden la democracia y la separación iglesia-estado. La Iglesia no obliga a ir ni lo prohibe. El que no le gusten los frailes que vaya a otro sitio a misa. Pero como la mayoría de éstos no van a misa, pues les da igual.
-¿La única opción que tendrían entonces quienes protestan sería que los monjes se cansaran de la situación y abandonaran?
-No creo que eso suceda, que dejen su casa, pero si decidieran irse no podríamos evitarlo. Por tanto, la única posibilidad que tienen estos vecinos es que los monjes decidieran marcharse. Dese cuenta, además, de que siempre estas convocatorias son en fin de semana largo.
-¿Y eso qué significa?
-¡Ah, no sé! Que cada uno saque sus conclusiones…
-¿Quiere usted decir que quienes convocaron la manifestación no viven en el pueblo?
-Tal vez.
-Retomando el asunto, si los monjes se fueran ¿Rabanal se quedaría sin sacerdote?
-No sólo Rabanal. El Obispado no tiene curas para mandar a esta zona, si los monjes se fueran las iglesias quedarían completamente cerradas. Quedarían sin cura la media docena de parroquias que ellos atienden.
-¿Qué opina de la intención de los disconformes de manifestarse ante el Obispado?
-Igual tienen tiempo para eso. Pueden manifestarse donde quieran cuando se lo autoricen. Yo les reconozco sus derechos, pero les rogaría que no entren en el obispado porque se les echará, por las buenas o por las malas.
-¿Teme usted que este problema termine por desencadenar situaciones violentas?
-No, porque parte de la gente del pueblo está con ellos, tienen apoyo grande de los vecinos.
-Pero el domingo en la misa por la libertad de la Iglesia había muchos vecinos de la comarca…
-Porque en el pueblo en invierno no hay tanta gente, no pasan de 20 personas. Y también había gente de Rabanal. Que promocionen el pueblo, esta promoción está en los peregrinos, que en su mayoría son gente de fe. No van a entender nunca sus reclamaciones porque cuando lleguen a Rabanal van a encontrarse a los monjes, que los acogen. Están perjudicando al pueblo y un poco a los vecinos.
-Los manifestantes lo acusaron a usted el domingo de falta de autoridad y de sensibilidad en este asunto. ¿Qué tiene que decir a eso?
-No opino, no tengo nada que responderles. Yo hablo de principios, de lo que debe hacer cada uno.
-¿Qué les diría a quienes se oponen a los monjes?
-Que traten de hacer que el pueblo viva unido, que no creen discusiones dentro del pueblo que hacen daño a todos. Están enfrentados unos vecinos contra otros, eso es terrible en un lugar tan emblemático del Camino. El que quiera ir a la iglesia que vaya, el que no, que no vaya, pero que creen un estado de entendimiento, de armonía, de colaboración por el bien del pueblo.
-¿Cree que son quienes rechazan a estos religiosos los que crean división?
-Sí. Algunos igual no dicen lo que piensan aunque no estén de acuerdo. Por razones de vecindad a veces mucha gente no está de acuerdo, pero calla. Dice un dicho que el que calla consiente. Yo creo que el que calla no dice nada. Que entiendan que estamos en una sociedad donde los poderes están separados. La Iglesia nunca se va a meter en las juntas vecinales, ni a decirles qué es lo que tienen que hacer. ¿Crear una asociación eclesiástica? No sé dónde están mirando. ¿Quiénes son ellos para querer controlar los bienes de la Iglesia? Pero si los que hablaron conmigo me confesaron que no iban a misa… y quieren gobernarla.