No habrá forma de conocer el resultado, porque las cartas llegarán a él y no permitirá que haya ningún testigo que vea qué le ha llegado
«Supone una ruptura con la tradición de participación de nuestra Iglesia diocesana realizada sin motivo alguno. Es un retroceso que en nada ayuda a ir haciendo Iglesia con la adhesión y participación de todos». Es la idea que plasmarán muchos de los 700 sacerdotes, religiosos y seglares en la respuesta a la carta que han recibido del obispo de Donostia, José Ignacio Munilla. En esta misiva, el obispo pide a los sacerdotes en activo y retirados, religiosos con cargos pastorales y seglares con cargos, dos nombres que consideren adecuados para el puesto de vicario general y de pastoral actualmente vacantes y las razones de su elección. Lo cuenta Noticias de Guipuzkoa.
El «malestar» lo ha creado el cambio del proceso que se ha seguido en anteriores ocasiones para elegir a los dos cargos que junto al obispo forman el equipo de gobierno diocesano considerado «más participativo» por la base de la Iglesia. Los arciprestes realizaban un sondeo en cada comarca o distrito, proponían unos diez nombres, se realizaba una lista con ellos y en una segunda vuelta se elegían tres nombres de los que el obispo cogía dos, no siempre los más votados, sino los que él consideraba más apropiados.
«El sistema utilizado hasta ahora era más participativo y todo ha funcionado bien, por lo que no vemos motivos para que no se siga haciendo de la misma manera», explicó a este periódico un laico que responderá al obispo con una carta en la que explicará las razones por las que no le gusta el modo de elección por el que se ha optado.
Pero las respuestas que ha recibido Munilla -se pedía una respuesta antes del 21 de marzo- son diferentes. En algunas comarcas han realizado reuniones y han elegido dos nombres pero añadiendo su posición contraria al proceso, otros sólo le mandarán un escrito, algunos han preferido votar en blanco, hay cartas que directamente han ido a la papelera y también recibirá propuestas para los cargos de vicarios. Las personas involucradas en el proceso consultadas por este periódico se han mostrado dolidos con el proceso elegido por el vicario, pero han optado por diferentes formas de mostrar su disconformidad.
Otra de las cosas que le reprochan al nuevo obispo de Donostia es que «no habrá forma de conocer el resultado, porque las cartas llegarán a él y no permitirá que haya ningún testigo que vea qué le ha llegado», explican. Extremo que fuentes del obispado confirman y dicen que es así porque se trata de un proceso que Munilla ha realizado de forma personal, pero destacan que no se trata de un proceso opaco sino de algo que está haciendo él por su cuenta.
«Él dijo que no quería que parecieran unas elecciones y que el obispo no está obligado a hacer lo que nosotros digamos, los anteriores tampoco, pero había un consenso para elegir entre los primeros de la lista», explica un sacerdote que considera que esta situación ha creado «inquietud» en el seno de la Iglesia de la diócesis de Donostia.
El obispo tiene potestad absoluta para elegir a los vicarios que considere más adecuados para el cargo, pero «había una obligación moral y ya dijo que eso no lo aceptaría y recordó que el obispo no está obligado a hacer lo que nosotros digamos. Los anteriores tampoco lo estaban, pero había un consenso», explican. José Ignacio Munilla ha dejado claro que es él el que elegirá a los dos vicarios que considere oportunos.
Además, los sectores molestos de la iglesia guipuzcoana consideran que la elección de los vicarios «era una forma de arreglar las cosas. La gente se ha quedado tocada con este asunto, han visto que el proceso se podía haber realizado con tranquilidad y bien y que todo se ha hecho rápido y mal», añaden en referencia a la semana en la que pedía el obispo que se respondiera.
Y es que, antes de iniciar el proceso de elección de los vicarios, Munilla ya ha realizado tres nombramientos -el encargado de la pastoral de juventud, el secretario de la diócesis y la responsable de prensa-. Además, a los religiosos no les ha gustado haberse enterado «por la prensa» de la designación de estos cargos, es decir, sin que fuera consultado con ellos, y que no se haya hecho antes de designar los cargos más importantes de la diócesis, los de los vicarios. «Nos dijo que iba a contar con nosotros», se quejan.
Las misivas ya estarán en manos de Munilla que quiere nombrar a los vicarios para finales de abril. Entonces se verá si pone estas cartas sobre la mesa. «Entonces se verá qué actitud toma él y qué hacemos nosotros», concluyen.