Casimiro López pide «perdón» por «estos gravísimos delitos»

El obispo de Castellón reclama tratamiento médico para los curas pederastas

Niega cualquier nexo entre celibato y abusos a menores

«Un solo caso de abuso por parte de un sacerdote sería inaceptable y sería motivo de profundo dolor por la víctima, por la infidelidad del sacerdote a su ministerio y por el debilitamiento de la misma Iglesia, llamada a ser santa»

El obispo de la diócesis Segorbe Castelló, Casimiro López, criticó ayer «la imagen deformada» que se está dando de la iglesia católica a colación de los casos de curas denunciados por abusos sexuales a menores, lo que no quita que reconozca que «es innegable que se han dado estos hechos».Lo cuenta Levante.

López, que no duda en «expresar nuestra condena sin reservas de estos gravísimos delitos, más graves y execrables por haber sido cometidos por personas en las que los fieles y, particularmente los niños, ponen una confianza especial», da su particular visión sobre cómo debe actuar la Iglesia ante estos casos al margen de «pedir perdón a las víctimas y su justa compensación».

Así, según recoge la Hoja Parroquial de esta semana, señala que, en el caso de aparecer algún cura autor de abusos sexuales a menores, «debe ser alejado del ministerio aquél de quien conste que se ha manchado con esta infamia», subrayando con contundencia que, además, «deberá someterse al debido tratamiento médico».

El obispo, que promete, «junto al justo proceso canónico», la colaboración de la Iglesia con las autoridades civiles, insiste en que «un solo caso de abuso por parte de un sacerdote sería inaceptable y sería motivo de profundo dolor por la víctima, por la infidelidad del sacerdote a su ministerio y por el debilitamiento de la misma Iglesia, llamada a ser santa».

Todos los curas bajo sospecha

Sin embargo, añade que, «en contra de lo que parecería, no es la iglesia católica la institución en la que con más frecuencia se da este tipo de abusos; el porcentaje de casos es muy reducido como para poner bajo sospecha poco menos que a todos los sacerdotes».

Aunque esto, a su juicio, redimensiona cuantitativamente el fenómeno, «no atenúa de ningún modo su condena ni la lucha por extirparlo pues el sacerdocio exige que accedan a él sólo personas humana y espiritualmente maduras, y el orden y el ministerio recibidos piden que los sacerdotes vivan con gozo el don hermoso del celibato y con plena fidelidad su promesa de castidad perfecta por el Reino de los cielos, como ocurre en la mayoría de los casos».

Sobre este aspecto, hace mención Casimiro López a comentarios de personas «que imputan al celibato de los sacerdotes católicos la causa de los comportamientos desviados». Esto «no es cierto» ya que «está probado que no existe ningún nexo de causalidad entre celibato y abusos sexuales de menores».

«Más frecuente entre laicos»

Según el prelado, «la estadística muestra que estos abusos son más frecuentes entre laicos y casados que entre el clero célibe, y los datos de las investigaciones muestran que los sacerdotes culpables ya no observaban el celibato».

La iglesia católica -incide Casimiro López- «es la institución que ha decidido librar la batalla más clara contra los abusos sexuales de menores, comenzando desde dentro». Pese a todo, «y contra toda verdad», el obispo de Segorbe-Castellón denuncia que «se ataca con ensañamiento y virulencia despiadados al Papa, Benedicto XVI, tachándole de encubridor y consentidor o de no pedir perdón a las víctimas, y la misma Iglesia es presentada por algunos como un ´club de pederastas. Nada más lejos de la realidad», concluye López.

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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