«Llamamos a quien nos hizo la llamada, que nos envíe el Espíritu, para que nos llene su fe y agregue muchos hermanos al Señor»
La celebración de las bodas de oro de 27 sacerdotes guipuzcoanos sirvió ayer también como presentación pública de la nueva dirección de la Iglesia guipuzcoana. El obispo José Ignacio Munilla presidió la eucaristía junto a Juan Cruz Mendizabal, vicario de la Pastoral, y Joseba González, vicario general.
Los tres ya habían posado en un despacho del Obispado donostiarra, en una única foto que se difundió a todos los medios al poco de su nombramiento, pero fue ayer cuando se dejaron ver en una eucaristía en la que también participó el obispo emérito José María Setién.
Los prelados se dieron cita en la sacristía de la iglesia del Seminario, en un encuentro que fue retratado al detalle por fotógrafos y cámaras de televisión. Munilla saludó uno a uno a los 27 ‘cumpleañeros’ a quienes felicitó por su compromiso sacerdotal.
En la homilía, el obispo de San Sebastián afirmó que «mucho más que las dificultades, oscuridades y debilidades de nuestra vida, pesa la santidad de Dios, y es lo que queremos agradecer. Recordó la importancia de su labor pastoral según estableció el Concilio Vaticano II y citó las palabras del Cardenal Hummes, de visita en Vitoria el pasado viernes. El Prefecto de la Congregación para el Clero, dijo Munilla, invitó a los sacerdotes a «ir al encuentro de aquellos bautizados que se han alejado», y a «buscar también a todos aquellos que poco o nada conocen a Jesucristo».
Hacer memoria
Durante la misa y la posterior comida, los 27 sacerdotes tuvieron tiempo de recordar los momentos más especiales de sus cincuenta años de sacerdocio. «¿Qué recordar? Yo añadiría otra pregunta -dijo Munilla durante la homilía-. ¿A quién recordar? Los padres que nos dieron la vida, los hermanos que nos ayudaron a vivirla, el cura del pueblo, los compañeros de seminario, los del noviciado, los hermanos que hemos cuidado durante nuestro ministerio… y Dios que nos ha cuidado. Dios a quien todo debemos y quien todo nos ha dado gratis».
Por eso, además de los recuerdos, «es a Dios a quien queremos hacer presente», añadió el prelado donostiarra. «Llamamos a quien nos hizo la llamada, que nos envíe el Espíritu, para que nos llene su fe y agregue muchos hermanos al Señor».
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