Si el debate sobre el abroto "se queda simplemente entre lo católico y lo no católico, se salvarán sólo unas vidas, pero no la del hombre"
(Jesús Bastante/Agencias).- «La derecha y la izquierda podrán decir que están en contra o a favor del aborto, pero tanto un partido como el otro siguen propiciándolo«. El prefecto de la congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Antonio Cañizares, criticó este mediodía con dureza la «banalización» de la cuestión del aborto que se está haciendo en la sociedad española. Durante el curso de verano «El inmenso valor de la vida«, organizado en Aranjuez por la Universidad Rey Juan Carlos, Cañizares recordó que si el debate sobre el abroto «se queda simplemente entre lo católico y lo no católico, se salvarán sólo unas vidas, pero no la del hombre».
Cañizares hizo estas aseveraciones durante la mesa redonda que reunión al eurodiputado ‘popular’ Jaime Mayor Oreja, el ex ministro de Ciencia y Tecnología Juan Costa y el abogado e hijo del ex presidente Adolfo Suárez, Adolfo Suárez Illana. La ponencia del purpurado está prevista para el viernes, al igual que la del cardenal de Madrid, Antonio María Rouco.
Sin embargo, en su participación, Cañizares insistió en que las democracias «están cayendo» y se encuentra «muy cerca» la posibilidad de volver a vivir los «totalitarismos y el nazismo» de los años 30. Y el aborto es una cuestión paradigmática de esta percepción, aseguró el cardenal. «Mientras se haga del aborto un tema puntual», añadió, «estamos perdidos».
En ese sentido, y al igual que Jaime Mayor Oreja, Cañizares se ha referido a la «dictadura del relativismo» que, a su juicio, está provocando que las democracias estén «cayendo». «No existe democracia, y hay que decirlo», ha apostillado.
En su intervención, Mayor Oreja ha alertado asimismo de la crisis de valores que vive la sociedad europea que, en España, está «agigantada» y «acelerada» por el proyecto político del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Así, ha asegurado que Zapatero «está ejecutando implacablemente» su proyecto «basado en el más profundo relativismo» y que «trata de vaciar el sistema de valores en el que se ha sustentado la sociedad», sustituyendo valores por «contravalores».
Mayor Oreja ha recalcado que la Ley del Aborto no es una ley más, sino que supone «un antes y un después» porque la concepción de la interrupción voluntaria del embarazo como un derecho es la «máxima expresión del relativismo».
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