Luis Quinteiro Fiuza - Obispo de la Diócesis de Tui-Vigo

«La Iglesia no tiene opción: o va a los jóvenes o se queda como una familia sin hijos»

"Al Papa le gustaría a Santiago venir con mucho menos gasto, ya que viene como peregrino"

"La Iglesia no tiene opción: o va a los jóvenes o se queda como una familia sin hijos"
Luis Quinteiro, en los jardines de la diócesis. A. Irago

Creo que la Ley del aborto como un derecho, es un sin sentido

Está sorprendido e impactado. La multitudinaria devoción al Cristo de la Victoria que convirtió el centro de Vigo en un hormiguero humano de filas con velas, le ha dado muchas vueltas en la cabeza. El obispo Quinteiro Fiuza se estrenó en la celebración cuando ésta cumple dos siglos de historia. «No es un acto folclórico; la gente que acude a la procesión del Cristo está tocada sinceramente en su interior», reflexiona. «Lo que he vivido ayer [por el domingo] es una experiencia del ser humano atrapado contra las garras del dolor, que busca a Dios». Y sin embargo, el prelado recuerda la frase de un maestro de la Universidad Gregoriana de Roma, donde estudió tres años: «Quien no tiene arrugas, como quien no ha sufrido, aún no está preparado para la verdadera felicidad». Lo entrevista E. Ocampo en Faro de Vigo.

-Doscientas cincuenta mil almas, según los organizadores, salieron a la calle por el Cristo de la Victoria. ¿Impresionado?

-La experiencia me impactó en todos los sentidos. Es de esas cosas que, de verlas virtualmente a sentirlas en vivo, cambian mucho. Es la primera vez que participo y tenía grandes expectativas de conocerlo. Como todas las cosas que te elogian, corren el peligro que una vez que las vives, no te colmen. En este caso, he de decir que sí. Me he sentido sobrepasado. Es una bendición de Dios para la ciudad. Siendo un fenómeno religioso, sus consecuencias llegan a los hogares.

-¿Se plantean una mayor colaboración?

-Esta devoción al Santísimo Cristo de la Victoria tiene muchos elementos de la ciudad. Desde los responsables de la Concatedral, a la Cofradía del Santo Cristo, el pueblo que participa y todos los sacerdotes de la ciudad y autoridades, todos tenemos parte importante. Los desarrollos futuros serán maravillosos si todos nos abrimos a la colaboración de los demás.

-¿Alguna mejora?

-Uno de los grandes retos que tenemos y en el que iba reflexionando ese día es la incorporación de más juventud. Los jóvenes tienen que sentirse protagonistas en esta gran vivencia, pero no sólo un día. La gente manifiesta lo que se lleva en el corazón: lo que ha vivido como súplica, como esperanza, como una enfermedad, una operación… Personas de la más diversa convicción tienen su lugar. Y hay quien te sorprende. La procesión es un icono de esta ciudad; la comunión de lo diverso. Pero con un empuje común: llevar adelante a Vigo. Además de una peregrinación por lugares decisivos fue emotivo descender a las raíces profundas de la ciudad antigua y luego a las grandes avenidas y grandes edificios del centro neurálgico.

-«Queremos una Iglesia rejuvenecida», dijo en su primera homilía como obispo. ¿Cómo atraer a la juventud?

-No hay recetas, ni tampoco se trata de captar a nadie. Se trata de llegar a su vida; yo soy optimista. Los jóvenes de hoy tienen un problema: el consumismo los atrapa. Pero en general, no tienen prejuicios ideológicos ni emocionales contra la Iglesia. La fe no puede ser vista por un joven como lo que le impide vivir la vida. Tiene que tener a alguien, desde la familia, la escuela, la parroquia u otros jóvenes, que le ayude a vivir esa experiencia. Es una necesidad de la Iglesia, que tiene que renovarse. No tiene otra opción: o va a los jóvenes o es como una familia que no tiene hijos. Es una gran y difícil tarea, pero no es lo más difícil que tiene la Iglesia.

-¿Cómo valora la devoción?

-Es una devoción que toca el corazón. Hablar del Cristo es hablar del sufrimiento, que es una parte esencial de la vida humana y es hablar del sentido y la experiencia del sufrimiento de una persona. La gente va porque hay algo muy profundo en su vida que le lleva, no por una rutina. Cada uno está viviendo una experiencia dolorosa para la que busca un sentido. Cuando una persona ha pasado una experiencia de dolor profundo y la ha superado bien, es una persona distinta. Como si la ha superado mal, también queda marcada para siempre.

-La sociedad tiende a pedir ayuda a psiquiatras y psicólogos.

-Hay que recurrir a todos los medios que la ciencia moderna nos ofrece porque están puestos para curar, pero aquí hay una reconciliación profunda, psicológica y humana. El ser humano se siente confrontado porque el dolor te pone en la esencia misma del sentido de la vida. La gente que ayer participaba en la procesión ha vivido experiencias de este tipo y con la ayuda de la fe, ha logrado abrir caminos de esperanza en su vida. Gente que hoy está con problemas difíciles, pero con esperanza.

-Tras su llegada a esta Diócesis, que se había lamentado últimamente de las penurias económicas en las iglesias, ¿cómo ve la financiación?

-El problema de la Diócesis no es el dinero; siempre nos arreglaremos con lo que tengamos. Aunque cierto es que hay crisis para todos.

-¿Qué cometidos considera más urgentes en las parroquias?

-Hay tantas, tantas prioridades… Pero no, ahora mismo caminaremos poco a poco sin grandes manifestaciones.

-Las personas sin techo son un problema latente en esta ciudad por los escollos para construir un albergue municipal, ¿cree que la problemática se podría abordar desde el punto de vista religioso?

-Nosotros siempre estaremos abiertos a hacer todo lo que podamos. He visitado Cáritas y los Hermanos Misioneros. Y está claro que lo prioritario en la Iglesia es ayudar al necesitado.

-Una de sus primeras visitas como obispo en Vigo fue, precisamente, al albergue de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres.

-Intentaremos en cada caso ofrecer lo mejor de nosotros, como es ese caso asistencial. Mi gran propósito es que nosotros siempre tengamos autoridad para decidir.

-¿Estará en la visita del Papa a Santiago?

-Será un momento muy hermoso para Galicia. No van a ser muchas las personas que puedan verlo en directo, ni desde el aeropuerto a la catedral, pero quedará un recuerdo imborrable de una presencia tan deseada. Estoy absolutamente convencido, tengo la intuición de que el Papa va a decir cosas muy importantes para la Diócesis, para meditar y seguir sus indicaciones.

-Sabe que se alzan críticas por el gasto que supondrá el acto, los costes de la retransmisión en la televisión pública…

-Es algo que sucede en todos los viajes de personas tan relevantes… En este caso, los beneficios son inmensamente superiores. Al Papa le gustaría venir con mucho menos gasto, ya que viene como peregrino. Lo menos que quiere es causar gastos y molestias. Y ha sido una visita tan deseada, pedida, buscada…, que él mismo ha hecho un hueco especial y nos sentimos felices y agradecidísimos.

-Vista la postura de la Conferencia Episcopal ante la nueva Ley del Aborto, ¿qué opina el Obispo de Tui-Vigo?

-Para la Iglesia y creo que para el ser humano, el aborto es tremendo. La labor es decir que sí a la vida; el ser humano no puede eliminar la vida, no puede haber ninguna ley que legalice el aborto desde el punto de vista moral y ético. Y la Iglesia es clara en ese punto. ¿Yo? Creo que la Ley del aborto como un derecho, es un sin sentido.

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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