Una vigilia multitudinaria, ensayo general de la misa de clausura de hoy

Compostela, punto de de referencia de la juventud católica española

Julián Barrio puso de relieve el "latir espiritual de tantas personas" llegadas de puntos tan distantes

Feijóo les invita a construir el futuro con "pautas éticas y morales"

Compostela ha aprobado con nota el ensayo general de la visita del Papa. Durante tres días, miles de chavales de toda España y varios países europeos han convivido, cantado, orado, comido y dormido en plazas, iglesias, colegios… y todo en perfecta armonía. A falta de que hoy el estadio de San Lázaro acoja la misa de clausura, en la que, al igual que durante la vigilia de anoche, se reunirán en torno a doce mil jóvenes y buena parte de los miembros de la Conferencia Episcopal Española, la Peregrinación Europea de Jóvenes se cierra con un gran sabor de boca, tanto para los participantes como para los responsables de acogerles.Lo cuenta Ana Calvo en El Correo Gallego.

Así lo destacaba ayer el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, que participó en la recepción ofrecida por el arzobispo, monseñor Julián Barrio, al presidente de la Xunta y al cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos. Alberto Núñez Feijóo destacaba en ese encuentro, en San Martín Pinario, que «Compostela es el corazón espiritual de Europa, y el Camino su arteria principal». La presencia de miles de jóvenes en Santiago, «llenando de entusiasmo» la ciudad, da fe, en su opinión, de que «esa alma jacobea posee nuevas energías».

El presidente de la Xunta destacó también en su intervención ante el anfitrión de la PEJ, el «orgullo legítimo que siente el pueblo gallego al ser el guardián de ese tesoro inmaterial que enriquece a España, a Europa y al mundo». Los valores del Camino son la respuesta a la «encrucijada» en la que se encuentra la sociedad, para salir de la cual «vuelven a precisarse no solo criterios políticos y económicos, sino sobre todo pautas morales y éticas».

También el arzobispo, monseñor Julián Barrio, puso de relieve el «latir espiritual de tantas personas», llegadas de puntos tan distantes, que acoge estos días la Catedral de Santiago.

Colas en la Catedral.

Fue precisamente el templo compostelano uno de los puntos de referencia de los participantes en la PEJ 2010. Hasta las doce de la noche ha permanecido abierto para que todos los grupos particpantes -algunos tan numerosos como el madrileño, con más de dos mil chavales- pudiesen tener su momento de oración ante el Apóstol.

Durante la mañana de ayer los jóvenes católicos se mezclaban con los miles de peregrinos y turistas ya habituales, haciendo que las pacientes colas de personas que querían acceder por la Puerta Santa llegasen hasta la mismísima fachada del Obradoiro, tras rodear la Catedral por la plaza de Platerías y la rúa de Fonseca.

Una misa oficiada por el cardenal Rouco, arzobispo de Madrid, en el parque de la Alameda fue uno de los momentos más destacados de la jornada, mientras que talleres, conferencias y representaciones de teatro completaron la agenda de los chavales.

Desde la acogida a los peregrinos o la historia de la persecución a los cristianos hasta el papel del catolicismo en la recuperación de los niños soldado de Sierra Leona, la oferta de actividades del encuentro ha sido de lo más variado. Conciertos de música y representaciones teatrales, como la que ayer sirvió de preludio a la vigilia de oración en San Lázaro han mantenido a los participantes en la PEJ 2010 con un ritmo de actividad constante.

contagio del espíritu.

No ha faltado, sin embargo, espacio para el ocio y la diversión. El espíritu juvenil se contagió a los habitantes de Compostela, los turistas e incluso a los habitualmente serios obispos y arzobispos que han estado dedicando horas y reflexiones a los más jóvenes de sus fieles. A algunos de ellos se le vio incluso calzar botas, sombrero para protegerse del sol, y patear kilómetros y kilómetros del Camino compartiendo esfuerzo con los chavales de su diócesis.

Los participantes de la PEJ han dejado en la capital gallega un indiscutible ejemplo de civismo y buenas maneras. Una reunión de en torno a doce mil personas, a la que había que dar de comer y alojar en lugares no pensados para ello, como polideportivos y colegios, no han generado apenas molestias para los habitantes de Compostela. Se han dejado sentir sus cánticos y su buen espíritu durante las últimas cuatro jornadas, pero no han generado conflictos de ningún tipo.

Hoy se despiden de Compostela. Tras la misa de clausura, que se iniciará a las diez de la mañana en el estadio de San Lázaro, y en la que se prevé la participación de la práctica totalidad de los asistentes al encuentro, emprenderán el camino de vuelta cada uno a su tierra. Llevarán, como destacó el alcalde, un «recuerdo imborrable» de su paso por Compostela, donde también han dejado gratos recuerdos en estos cuatro días de convivencia.

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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