Hoy ya sabemos lo que podemos esperar del Estado y, en concreto, del actual Gobierno o de algunos actuales Gobiernos autonómicos
El obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, expresa en una carta pastoral el «descenso alarmante» en algunos institutos del número de alumnos y padres que piden enseñanza religiosa y dice que, de continuar esta tendencia, «desaparecerá en ellos la Asignatura de Religión y Moral Católica«.
El obispo responsabiliza de ello en parte a las «leyes civiles» que favorecen la obligatoriedad de la asignatura de Educación para la Ciudadanía frente a la de Religión y aunque dice, al respecto, que «hoy ya sabemos lo que podemos esperar del Estado y, en concreto, del actual Gobierno o de algunos actuales Gobiernos autonómicos», culpa de la situación a los propios padres y alumnos.
«La causa primera y principal no es precisamente la actual legislación en relación con la importante asignatura de religión, sino la falta de interés, la comodidad, la adaptación al ambiente, cuando no la irresponsabilidad de muchos padres y alumnos, que anteponen otros intereses, cuando no la comodidad a una buena formación cristiana», dice Sánchez en su carta pastoral.
En su carta, que será leída el próximo domingo en las homilías de su diócesis, Sánchez dirige sus palabras hacia los alumnos en los colegios de educación infantil, secundaria e Institutos, ante el inminente comienzo del curso escolar 2010-2011.
«Quiero manifestar una vez más mi preocupación por el descenso en el número de alumnos, cuyos padres o ellos mismos solicitan Enseñanza de Religión Católica. En algunos Institutos el descenso es alarmante y, de continuar así, desaparecerá en ellos la Asignatura de Religión y Moral Católica», afirma.
El prelado insiste en la «responsabilidad» y «obligación moral» de padres y alumnos de formarse en su fe.
«Es cierto que las leyes civiles que en la actualidad regulan el derecho de los alumnos a recibir en los centros, tanto de titularidad estatal como de iniciativa social o de la Iglesia, no favorecen, menos aún estimulan a los alumnos a solicitar la asignatura de Religión y Moral Católica«, señala el obispo.
«Han dejado esta importante asignatura prácticamente sin valor académico, confrontada, además, con la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que ésa sí que es obligatoria; incluso favoreciendo o propiciando que los que no soliciten Religión Católica tengan entretenimientos más placenteros o nada», dice en su carta.
«Pero eso no es disculpa. Hoy ya sabemos lo que podemos esperar del Estado y en concreto, del actual Gobierno o de algunos actuales Gobiernos autonómicos. Pero en otros lugares están peor y los padres asumen, por lo mismo, una mayor responsabilidad en la educación de sus hijos en su religión o creencias», afirma.
El obispo considera que cuando los padres «tienen interés por la formación y educación cristina» de sus hijos suplen los «posibles fallos» de la escuela con la educación y el ejemplo en casa o en la parroquia, pero «lo más grave» es cuando fallan «los tres agentes de la formación» en la fe y vida cristianas: familia, parroquia y escuela.
Se crean entonces, dice, «unas carencias difícilmente recuperables en un aspecto tan importante de la persona y en una edad determinante u ocupan este vacío otros agentes de formación o el ambiente de la calle».
«Por todo ello, hago una apremiante llamada a los alumnos y padres católicos a que se tomen muy en serio su responsabilidad y su obligación de recibir en la escuela una adecuada formación religiosa» junto a otros conocimientos y que la completen en la familia y en la parroquia, concluye.
(Rd/Efe)