Encaramados a una tubería, entraron en el domicilio y, cuando encendieron la luz, no dieron crédito. «Había sangre por todas partes».
Entraron a robar a casa del sacerdote sin ser conscientes, según su declaración, de que Salvador Fernández ya no podía hacer nada por detenerles. En la segunda jornada del juicio por el crimen del sacerdote, que se celebró en la Audiencia en la mañana de ayer, se reprodujo la declaración de dos ciudadanos rumanos que, curiosamente, asaltaron la vivienda de la víctima días después del asesinato, concretamente la noche después de que su cadáver fuera descubierto.Lo cuenta A. N. en La Verdad.
Encaramados a una tubería, entraron en el domicilio y, cuando encendieron la luz, no dieron crédito. «Había sangre por todas partes».
Estos dos individuos, que ahora mismo se encuentran en paradero desconocido, confesaban en declaración judicial conocer la vivienda del sacerdote por explicaciones que les había concedido uno de los acusados, Marius N. Uno de ellos reconocía, incluso, que ya habían intentado en otra ocasión, liderados por el acusado, ‘vaciar’ la casa de la víctima, aunque esta vez sin éxito. «Sabíamos por él que el viejo que vivía allí estaba sordo y que no se enteraba de nada», explicó. «Nos dijo que allí había mucho dinero».
Uno de estos testigos explicó que Marius le había pagado su viaje a España y que una vez en este país le explicó que tenía que saldar su deuda robando. «Me pegó porque no quise robar en casa del cura». Este hombre también incidió en el carácter presuntamente agresivo del acusado y en los contactos de éste en su país natal. «Sé que cuando llegue a Rumanía tendré un problema muy grande con Marius».
