Puede ser tan sólo una medida pragmática o de imagen, pero vistas las actuales divisiones dentro de la Iglesia es el único modo de no acentuar la grave fractura interna
La designación esta semana por parte del arzobispo Jesús Sanz Montes del Consejo Presbiteral Diocesano y del Colegio de Arciprestes han sido los dos primeros actos de gobierno pleno del mitrado ovetense. Hasta ahora Sanz Montes había confirmado en sus cargos a varios párrocos nombrados provisionalmente por el obispo auxiliar antes de su inicio de pontificado en Asturias, el 30 de enero de este año. Pero ahora tenemos estas dos decisiones, que en parte pueden desvelar el estilo y orientación del Arzobispo. Lo cuenta Javier Moran en La Nueva España.
Tanto el Consejo del Presbiterio como el Colegio de Arciprestes son dos órganos consultivos cuya composición se logra mediante un combinado de elecciones -o consulta a las bases- y una designación cuya potestad pertenece a la autoridad eclesiástica.
En el caso del Consejo Presbiteral, los sacerdotes asturianos han elegido directamente a 25 de los 40 miembros de este organismo. Otros cinco lo son por cargo: Berzosa (obispo auxiliar), Menéndez Fernández (vicario general), Porfirio Álvarez (canciller del Arzobispado), Pieiga (rector del Seminario) y Benito Gallego, deán de la Catedral.
Los diez restantes has sido designados por Sanz Montes, y es en este grupo donde saltan algunas evidencias. Por una parte, el Arzobispo elige a cargos relevantes de la diócesis sin adscripción directa a sensibilidades eclesiales asturianas: Andrés Pérez, vicario judicial; José Ramón Garcés, ecónomo diocesano; Juan José Tuñón, deán de Covadonga, y Amalio Bayón, director de la Casa Sacerdotal. A continuación, vienen dos párrocos con peso desde pontificados anteriores: Alberto Reigada, párroco de San Javier (Oviedo) y Francisco Javier Suárez, del Cristo de las Cadenas (Oviedo), y un tercer párroco, Antonio Nistal, de una comunidad pendiente desde hace años, y con apreturas, de la construcción de un nuevo templo en Gijón, Santa Olaya del Natahoyo.
Pero el dato de mayor equilibrio se produce cuando Sanz Montes designa a miembros de los modernos movimientos de la Iglesia, pero también a componentes de la iglesia social asturiana. Así, se integran en el Consejo Presbiteral José Luis Pascual, párroco de Santa María del Naranco (Oviedo) y miembro del Camino Neocatecumenal de Kiko Argüello, o José Carlos Seijo, sacerdote del Opus Dei. Tanto neocatecumenales como Opus son las dos familias con mayor presencia en Asturias, pero también entra en el consejo por designación episcopal José Luis Martínez, párroco jubilado de San José de Gijón y miembro tanto del Grupo de El Bibio como del Foro Gaspar García Laviana.
Sobre la combinación de diferentes orientaciones eclesiales en sus órganos de gobierno ya teníamos noticia acerca de Sanz Montes en su anterior destino, Huesca y Jaca. Puede ser tan sólo una medida pragmática o de imagen, pero vistas las actuales divisiones dentro de la Iglesia es el único modo de no acentuar la grave fractura interna.