Dositeo Valiñas Fernández. Párroco de Ribadumia

«Es posible que haya que revisar el celibato y permitir a la mujer acceder al sacerdocio»

"En el franquismo estuve vigilado y controlado, y el gobernador de Pontevedra llegó a pedir mi destierro"

"Es posible que haya que revisar el celibato y permitir a la mujer acceder al sacerdocio"
Dolisteo Valiñas

La Iglesia tiene que abrirse más porque muchas veces es demasiado prudente y aporta las soluciones un poco tarde.

Dositeo Valiñas llegó a Santa Baia de Ribadumia con 23 años. Hacía dos meses que se había graduado en el Seminario, y le enviaron a O Salnés como coadjutor. Poco después, el párroco titular falleció, y Valiñas fue nombrado titular de la feligresía por presentación del Duque de Alba. Desde la Edad Media y hasta el Concilio Vaticano II de mediados del siglo pasado algunas casas nobiliarias tenían el privilegio de nombrar a los párrocos, como premio a anteriores contribuciones a la Iglesia. De eso han pasado casi siete décadas, y Valiñas se ha convertido en una persona tan querida en Ribadumia que sus vecinos le están preparando un homenaje que tiene lugar mañana. Lo entrevista Anxo Martínez en Faro de Vigo.

-¿Cómo era Ribadumia hace 67 años?

-Totalmente agrícola y rural. Ha cambiado de una forma absoluta. En aquel momento había mucha pobreza. No era una parroquia pobre, no se pasaba hambre, pero sí que había grandes limitaciones. En aquel tiempo la situación era mucho peor en la costa porque los barcos no podían salir al mar por culpa de la Guerra Mundial.

-Tiene 90 años pero sigue activo y al frente de dos parroquias. ¿No le tienta descansar?

Sigo activo, y aunque voy más lento en todo la ilusión y la fe no me faltan. Pero el mérito no es mío, sino de la gente que me aguanta, me tolera y me ayuda, y que me anima cada vez que planteo dejarlo. Ahora mismo procuro dedicar mucho tiempo a la preparación de instituciones, porque con el tiempo los vecinos tendrán que autogestionar las parroquias.

-¿Puede ser una mayor implicación de los seglares la solución a la falta de sacerdotes?

-Están muriendo diez o doce sacerdotes todos los años, pero solo se ordenan cuatro o cinco. Esta crisis va para largo, y por ahora no le veo otra solución. Los seglares tienen que hacer todo lo que puedan hacer.

-¿Por ejemplo?

-En Ribadumia estamos formando un consejo de Pastoral, otro de Economía, y ya hay seglares que me ayudan a dar la comunión a los enfermos.

-¿A qué cree que se debe esta crisis de vocaciones?

-Es difícil determinarlo. Pero en el fondo se encuentra una etapa fuerte de falta de fe a nivel de toda Europa. Este problema no lo hay en Latinoamérica, ni en África o Asia.

-¿Y a qué puede deberse esa falta de fe en Europa?

-Es un proceso un poco cíclico también. Quizás se abusó mucho de la abundancia económica, porque tengo la impresión de que en los Estados más poderosos económicamente se nota más esa falta de fe.

-¿Ayudaría al incremento de vocaciones eliminar la obligación del celibato o permitir a las mujeres ejercer el sacerdocio?

-No sería la solución drástica, pero sí serviría. La Iglesia tiene que abrirse más porque muchas veces es demasiado prudente y aporta las soluciones un poco tarde. La Iglesia tiene que cambiar y darle opción a las Iglesias jóvenes que vienen empujando fuerte.

-Diga algunos cambios que cree necesarios en la Iglesia.

Es posible que haya que revisar el celibato y permitir a la mujer acceder al sacerdocio. Cristo no lo hizo, pero en aquel tiempo darle esa atribución a la mujer no hubiese tenido efecto. Pero en dos mil años el mundo cambió mucho.

-Algunos colegas suyos dicen que a pesar de tener 90 años tiene unas ideas más avanzadas que las de muchos curas de 40.

-Yo siempre fui de ideas libres. Fui obediente y me sometí hasta cierto punto, pero estoy contento y satisfecho de haber sido de ideas libres.

-Usted es uno de los primeros sacerdotes de O Salnés en emplear asiduamente el gallego en las misas.

-Llevo más de 20 años con la lectura de la misa y la predicación en gallego. Pero en general alterno los dos idiomas.

-Todavía hoy no es frecuente el gallego en los cultos.

-Yo creí que debía ir por ahí. En aquella época en las escuelas aún no se utilizaba mucho, y yo me lancé un poco para que la gente perdiese el miedo a hablar en gallego. Tenemos dos idiomas y podemos emplear perfectamente los dos. Yo siempre quise ir un poco por delante de lo que me parecía que vendría después.

-¿Le supuso esa actitud algún disgusto con la jerarquía eclesiástica?

-No, nadie se metió conmigo. Si les gustó o no, a mí nadie me llamó la atención.

-¿Y con la autoridad civil?

En el tiempo del franquismo estuve vigilado y controlado. De hecho, el gobernador de Pontevedra llegó a pedir mi destierro, solo que el cardenal Quiroga no se lo concedió.

-¿Por qué le persiguieron?

-Era revoltoso y no estaba de acuerdo con todo. Y quizás porque ayudaba a otros que no eran obedientes políticamente. Di la cara por algunas personas que no estaban bien vistas por las autoridades y eso me causó algunos problemas.

-¿Se considera de Ribadumia o de Cerdedo?

-Aún tengo familia allá, pero ya me considero de aquí, de Ribadumia.

-Noventa años y en activo. ¿Cual es el secreto de su salud?

-No hago nada extraordinario. Me cuido algo con las comidas. No me privo de nada, pero como con orden. Y aunque no soy vegetariano, me gusta más lo vegetal que lo animal. Y si bien ahora no me muevo mucho, siempre procuré andar.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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