Gallego aseveró que, a pesar del desastre, los feligreses acudieron a la misa matutina del domingo, tras "poner algo de orden en la iglesia y recoger lo que estaba tirado"
La parroquia Padre Claret del arrecifeño barrio de Altavista fue asaltada el sábado por la noche por un grupo de ladrones que no hallaron nada valioso que llevarse de su interior, pero sí dejaron numerosas desperfectos.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del domingo, cuando se cree que varias personas rompieron una ventana de la sacristía y se introdujeron en el interior del templo con el ánimo de encontrar dinero. Ante su decepción por no encontrar nada valioso en la sacristía, los asaltantes optaron por romper parte del mobiliario y causar desperfectos en el inmueble.
Poco creyentes. Los asaltantes pasaron al interior del templo y forzaron la caja del sagrario, arrojando al suelo las formas que hallaron en el interior. «Probablemente eran personas que no sabían lo que es un sagrario, al no tener creencias, y quizás pensaran que en su interior podría haber dinero», explicó ayer a el párroco, José Antonio Gallego, tratando de comprender el porqué de este hecho.
Los ladrones destrozaron puertas, mobiliario, forzaron la cerradura de varios armarios, revolvieron cajones con papeles, que esparcieron por el suelo, y tiraron abajo el Sagrario con las formas para la comunión de los fieles en la Eucaristía pero, sorprendentemente, «no se llevaron nada«, afirmó el cura. Cree que iban buscando dinero y al no hallar ni un céntimo se marcharon.
Gallego aseveró que, a pesar del desastre, los feligreses acudieron a la misa matutina del domingo, tras «poner algo de orden en la iglesia y recoger lo que estaba tirado». El sacerdote no precisó la cuantía de los daños ocasionados, ya que está a la espera de que el cristalero y el carpintero le pasen las facturas con el importe de los arreglos. No obstante, estimó que los mismos podrían oscilar «entre los 200 y 400 euros«.
Los hechos han sido denunciados ante la Comisaría de Policía Nacional, que investiga lo sucedido y trata de localizar a la persona o personas que cometieron el acto vandálico. Los efectivos policiales poco pudieron hacer en las instalaciones religiosas, puesto que los enseres habían sido devueltos a su lugar y «difícilmente podrán coger las huellas. A las cinco de la tarde [por ayer] todo había sido repuesto», manifestó Gallego.
Lleva como párroco en Altavista y Valterra, donde también ejerce el culto, desde hace año y medio. Durante este tiempo no se producido ningún robo en las dependencias religiosas de Altavista. Confesó que el hecho de que la casa parroquial esté deshabitada y que «Altavista sea un barrio díficil», pudieron provocar el asalto.
(Rd/Agencias)
