Vázquez cubrió de elogios la figura de monseñor Cañizares
El ex embajador de España ante El Vaticano y ex alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, advirtió anoche al PSOE de que su política hacia la Iglesia Católica corre el riesgo de acabar en un «enfrentamiento» similar al de los años 30, «que tanto daño produjo a nuestra convivencia», en referencia a la posterior Guerra Civil. Fue en el Club Siglo XXI, durante la presentación de una conferencia del cardenal Antonio Cañizares, donde Vázquez, sin citar al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, dio por cierto ese riesgo de «caer en el error de volver a épocas ya superadas de un anacrónico anticlericalismo».
El ex embajador ante la santa Sede, aún pendiente de la negociación PSOE-PP para ver si es nombrado defensor del Pueblo -tiene la oposición radical del sector laicista y de las mujeres del PSOE- afirmó: «La Iglesia no es de izquierdas ni de derechas».
Francisco Vázquez recordó con nostalgia los inicios de la Transición, en los que la Iglesia Católica renunció a promover partidos confesionales y cuando en las formaciones políticas dominaba la «transversalidad»; es decir, había destacados nombres católicos -en el caso del PSOE, él mismo y José Bono- y eso «contribuyó a sentar las bases de un consenso con el que se asentó el pacto constitucional».
La izquierda, insistió, debe ayudar «sin complejos» a la Iglesia Católica a desarrollar su papel en España porque no hay que olvidar, dijo, que a sus templos acuden cada domingo «más millones de personas que a cualquier otro» evento deportivo o social y que a la suma de todos ellos juntos.
El ex embajador de España ante El Vaticano cubrió de elogios la figura de monseñor Cañizares, prefecto para la Congregación del Culto Divino y la Doctrina de los Sacramentos. Con su ordenación, en 1970, resaltó, «la Iglesia ganó un gran prelado y España perdió un gran hombre de Estado». De él destacó las negociaciones que mantuvo con la ex vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega para negociar la nueva financiación de la Iglesia y acabar con años de discusiones presupuestarias.