Pizarro: «Dos mil personas reunidas en una plaza no pueden condicionar el voto de diez millones» de españoles

El presidente de la Fundación Ibercaja y miembro del patronato de FAES Manuel Pizarro ha considerado necesario este jueves «estar atentos a los movimientos» sociales, pero ha incidido en que «dos mil personas reunidas en una plaza no pueden condicionar el voto de diez millones» de españoles, puesto que las sociedades «modernas y maduras» presentan ya los mecanismos institucionales necesarios para ofrecer la posibilidad a la sociedad de manifestar sus opiniones y posiciones políticas.

«La gente tiene que saber que las instituciones tienen que servir para algo, que la ley está para cumplirla y que la constitución establece mecanismos para concurrir a elecciones democráticas y unas cámaras de debate», ha remarcado durante su paso por los Cursos de Verano de El Escorial, organizados por la Universidad Complutense, donde ha intervenido en una charla sobre las ‘Bases para un nuevo rumbo en España’.

De esta forma, el exdiputado del PP ha mostrado su apoyo al sistema político y ha resaltado su creencia en sus mecanismos de participación, «el gran logro de las sociedades abiertas frente a la barbarie», al tiempo que ha criticado el papel del Gobierno a la hora de reaccionar ante las movilizaciones producidas desde el pasado 15 de mayo, ya que nadie «puede tomar la calle, que es de todos, y arrogarse la autoridad que no tiene».

A su juicio, la forma en la que el movimiento se ha posicionado en las calles evidencia una confrontación, que por mucho que haya tenido «su focalización en los medios de comunicación» no deja de posicionarse frente al sistema político y recordar dos principios fundamentales. «Uno, que la sublimación de la disputa social a través de los mecanismos institucionales es lo que evita la confrontación social, y segundo, que éstas deben estar atentas y alerta para trasladar el latido de la calle hacia dentro», ha explicado.

«Si las instituciones no bombean ese latido pues algo no funciona, al final las fuerzas de la calle, si no tienen mecanismos, acaban saliendo a la calle. Pero por otra parte, la gente tiene que saber que las instituciones tienen que servir para algo y que la ley está para cumplirla», ha analizado. La cuestión es que «si se toma la calle, que es de todos, el señor que se manifiesta debe saber que no puede insultar a nadie», y que si lo hace, merece ser «denunciado por injurias y calumnias».

Según ha valorado Pizarro, «si eso no es una manifestación aprobada por quien debe aprobarla, por el Gobernador civil o por el Gobierno, usted tiene la obligación de que yo, que pago mis impuestos, pueda pasar por la carretera» que se ha cortado. Al fin y al cabo, ha precisado, «nadie puede tomar la calle y nadie puede arrogarse la autoridad que no tiene».

Asimismo, respecto a la crisis y la labor desempeñada por el Gobierno, Pizarro ha señalado que «gobernar no es gastar, sino pensar y explicar lo que se está haciendo y lo que se quiere hacer en el futuro», sobre todo «una cuestión de elegir», ya que «cualquier actividad tiene una incidencia directa e indirecta, que es lo que dejas de hacer mientras haces otras cosas».

«ME ENCANTAN LAS CRISIS»

Por eso, ha criticado el «tremendo error» del Gobierno al no reconocer la crisis y no tomar medidas y, en este sentido, ha destacado que le «encantan las crisis» porque son el punto donde se pone de manifiesto lo que va mal y lo que hay que arreglar». Además, cuando hay un periodo económico complicado, es cuando se discierne entre las personas que «saben a dónde van» y las que no. «El dinero se hace durante la crisis», ha dicho, considerando este tipo de periodos como un tiempo de «oportunidades» para marcar la diferencia, algo que no ha hecho el Gobierno

Así, ha incidido en que, tal y como ocurre con los enfermos, que siempre mueren por un fallo cardíaco, «todas las empresas mueren por falta de dinero», consecuencia de «una mala política». «Y este Gobierno el fallo que ha tenido es que no ha hecho lo que tenía que hacer», ha apuntado, al tiempo que señalado la «libertad» económica como el verdadero motor económico.

«Hay dos clases de estructuras pensantes y actuantes: los que creen que tienen que haber muy pocas normas, iguales y que dinamicen las sociedades» y los que buscan una legislación más férrea e intervencionista, ha dicho, insistiendo en que lo que ha puesto de manifiesto esta crisis es que las Comunidades españolas que han seguido el primer principio, como Madrid, «son las que mayor incremento del PIB han registrado».

DIFERENCIAS EN LA IMPOSICION FISCAL DE LAS CC.AA.

No obstante, y tras considerar que «el que mejor gestiona es aquel que cobra menos impuestos», ha señalado que, si bien es bueno que haya libertad económica en las CCAA, lo que no resulta beneficioso es que se establezcan «juegos de ventaja» en relación a los presupuestos o los impuestos. «No se pueden utilizar los presupuestos para ejercer una competencia desleal», aunque para eso, ha resaltado, «habría que ver qué tipos de impuestos se piden», ya que «ahora hay comunidades que, por ejemplo, cobran un 43% del IRPF mientras otras lo están haciendo sobre el 49% de los ingresos».

Dicho esto, ha advertido de que el futuro económico y la competitividad pasan por reflexionar sobre la globalización que afecta a los mercados e interconecta a los países; la titulización, la transformación de los bienes en títulos; la competencia, ya que lo hacemos «con gente que a la que no se ve»; y la información, que «es la oportunidad de hacer negocios». Todo ello canalizado a través «de los precios».

Más tarde, «una vez que se tienen mercados competitivos», ha explicado, «lo que hace falta es una regulación general» que domine «todos lo vectores del desarrollo», es decir, que establezca pautas positivas en cuanto al sistema financiero, que Pizarro ha considerado esencial para el desarrollo; el sistema energético, del que ha criticado la falta de un sistema de precios; el mal diseño institucional, ya que el actual adolece de las condiciones necesarias y refleja que no hay «justicia ni libertad»; y la educación, «la palanca de futuro».

«NO HACEN FALTA MAS JUECES, SINO MENOR JUDICIALIZACION»

Por otro lado, preguntado por cómo cree que evolucionarás las medidas de austeridad cuando vuelva a darse una época de bonanza, Pizarro ha afirmado que se trata de la historia más vieja del mundo y ha referido que uno nunca puede pensar, como hace «mucha gente cuando está arriba, que eso va a durar toda la vida». «Se trata más de si hay una buena o mala gestión», ha agregado.

«Yo soy humilde y escéptico, y tiene que haber de todo, pero me ha escandalizado el tema de que alguna Comunidad tenga 22 coches oficiales», porque eso significa que «no se valora el dinero de los contribuyentes», que donde mejor está es «en sus bolsillos». En cualquier caso, ha enjuiciado, «lo mejor es que todo esté ajustado» y «bajar los impuestos» cuando llegue una época buena y apostar por la austeridad en las de escasez.

Asimismo, sobre las deficiencias del sistema judicial español, el exdiputado ‘popular’ ha señalado que el gran problema no reside en la falta de jueces, sino en la excesiva judicialización de la vida de la personas y en la falta de ejemplaridad. Para Pizarro cuesta muy poco «ir a un tribunal a ventilar problemas matrimoniales o de herencias», cuando son cuestiones que deberían dirimirse en otro ámbito.

Además, ha criticado la excesiva tardanza, que evidencia la falta de eficacia del sistema judicial, y en este sentido, ha ironizado acerca del proceso concursal atravesado por General Motors en Estados Unidos, enfatizando que «allí ha durado tres meses y la empresa ya está generando beneficios. Si llega a desarrollarse aquí hubiera acabado con la disolución de la empresa». «La justicia tardía no es justicia», ha argumentado.

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