Alrededor de 120 jóvenes con discapacidad y trabajadores del sector recibieron este sábado la visita del Papa Benedicto XVI en la Fundación Instituto San José de Madrid, dedicado al cuidado y atención de enfermos y discapacitados.
En su intervención, el Pontífice se dirigió a los jóvenes, sus familiares y profesionales allí reunidos, y los calificó de «testigos que nos hablan ante todo de la dignidad de la vida humana, creada a imagen de Dios».
«La grandeza de la Humanidad está relacionada con el sufrimiento y los que sufren», afirmó, y agregó que «una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado interiormente, es una sociedad cruel e inumana».
En referencia a los presentes, el Papa afirmó que «nuestra sociedad, en la que demasiado a menudo se pone en duda la dignidad inestimable de la vida, de cada vida, os necesita».
También participó en el encuentro el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, quien alabó la labor de los trabajadores y lamentó «las circunstancias de la sociedad en que prestan sus servicios».
A su juicio, estas «son las propias de una sociedad profundamente herida por la crisis del matrimonio y de las familias», de las que son víctimas los menores, «máxime cuando se encuentran
en situación de enferemdad o discapacidad»
Un total de 10 jóvenes (entre ellos un bebé) con discapacidad acompañaron al Papa en el estrado, y uno de ellos, Antonio Villuendas, le agradeció su presencia y apoyo.
Al acto también asistieron el presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), Luis Cayo Pérez; el vicepresidente primero ejecutivo de Fundación ONCE y consejero general de la ONCE, Alberto Durán, y decenas de jóvenes con distintas discapacidades (sensorial, física y psíquica) pertenecientes a las distintas entidades miembros de Cermi. Todos ellos aclamaron al Pontífice y corearon vítores como «ésta es la juventud del Papa» y «viva Benedicto».
Tras rezar el Padrenuestro, el Papa saludó a los presentes, recibió distintos obsequios y firmó en el libro de honor del centro.
Toda la ceremonia fue amenizada por el coro mixto JMJ-Fundación, que interpretó obras de Vivaldi y Bach.
Administrado por la Orden hospitalaria San Juan de Dios, este centro asisencial pertenece a la Archidiócesis de Madrid y se dedica a la atención de enfermos y personas con discapacidad física y mental, especialmente epilepsia.
En él trabajan cerca de 300 personas
en diferentes áreas de atención: Neurología-Epilepsia, Recuperación Funcional, Cuidados Complejos, Cuidados Paliativos, Daño Cerebral Irreversible, Rehabilitación ambulatoria, Gabinete de Neurofisiología, Residencia Geriátrica Asistida y Centros de día para discapacitados intelectuales y físicos.
