Los ladrones dejaron el copón con las hostias consagradas que estaba guardado en el altar mayor
Les vale todo. Chalés, pisos, locales comerciales o incluso iglesias y locales parroquiales, que en los últimos meses también están sufriendo la visita de los ladrones. En ningún caso alcanza la repercusión ni el daño del robo del Códice Calixtino en la catedral, pero sin duda se trata de actos delictivos que tocan de cerca el corazón de los fieles y de los religiosos que nunca andan sobrados de recursos. Es el caso de los vecinos de la parroquia de San Pedro de Xallas, en Negreira, que se encontraron el domingo con la desagradable sorpresa de que los cacos habían entrado a robar en su iglesia.Lo cuentan U. López y E. Forján en La Voz de Galicia.
La vecina que cuida el templo se encontró la puerta principal abierta, tras acceder a su interior los ladrones por una estrecha ventana de un lateral, de donde retiraron un barrote ya oxidado.
Se echó en falta una cadena y unos pendientes que tenía la imagen de la virgen del Carmen. También se llevaron una caja con velas de cera, tras reventar la puerta de una caseta separada del templo, constatándose además que no funcionaba el alumbrado público del entorno de la iglesia. Los hechos fueron denunciados ante la Guardia Civil.
Se da la circunstancia de que el pasado domingo la mayoría de vecinos no se percataron de lo sucedido, puesto que se encontraban de excursión visitando la zona de San Andrés de Teixido y la ciudad de A Coruña.
Mismo método para entrar
La iglesia parroquial de San Xoán de Buxán, en el municipio de Rois, también fue asaltada en la madrugada del pasado domingo. Los ladrones entraron al templo después de romper el cristal y uno de los hierros de protección de una ventana que da al altar y que está situada a algo más de dos metros de altura, por la parte exterior.
Ya en el interior, los asaltantantes «remexeron» buena parte de las instalaciones en busca de dinero, aunque «non estragaron nada», más allá del cristal de la ventana, que será repuesto lo antes posible. Los ladrones se llevaron las limosnas depositadas en tres cestas -en torno a 70 euros-, además de dos cálices dorados (dejaron uno, plateado), tres bandejas y un copón que sirve para guardar las hostias consagradas.
El copón con las hostias
El robo fue descubierto por los propios feligreses el domingo, cuando asistían a la misa de la semana. Fue entonces cuando avisaron a la Guardia Civil de Padrón, que el domingo ya se acercó hasta la iglesia para echar un primer vistazo, aunque no se había presentado la correspondiente denuncia. Curiosamente, los ladrones dejaron el copón con las hostias consagradas que estaba guardado en el altar mayor aunque revolvieron otros espacios de la iglesia, como los armarios de la sacristía, en busca de dinero y otros objetos de valor.
En junio, los ladrones entraron en el cementerio y tras varios intentos en la iglesia de Santo Tomás, en la parroquia de Sorribas (Rois).