Los cristianos están llamados a jugar un importante papel en este delicado momento y han de poder seguir contribuyendo con su ejemplo al bien común de Egipto
El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, reunido hoy en Madrid, se une a la profunda tristeza expresada por el Papa Benedicto XVI con motivo de los episodios de violencia que se han producido en El Cairo, en los que han muerto asesinados más de una veintena de cristianos coptos.
La presencia cristiana en Egipto se remonta al siglo I y, por desgracia, las dificultades no son nuevas. Como ha dicho el Cardenal Antonio Naguib, Patriarca de Alejandría de los coptos católicos, los cristianos han vivido ataques similares durante su larga historia de sufrimiento y paz en aquella tierra. A pesar de ello, es preciso mirar al futuro con esperanza y trabajar para que se respeten los derechos humanos de todos, en particular los de las minorías. Los cristianos están llamados a jugar un importante papel en este delicado momento y han de poder seguir contribuyendo con su ejemplo al bien común de Egipto.
Los obispos se solidarizan con los hermanos de la comunidad cristiana copta y se unen a las peticiones de oración que el Papa ha hecho para que la sociedad egipcia «goce de una verdadera paz, basada en la justicia, en el respeto a la libertad y a la dignidad de cada ciudadano».
Por su parte, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, ha destacado este jueves las dificultades por las que atraviesan numerosas iglesias cristianas en los países árabes y de modo particular en Egipto.
En su Carta semanal, Monseñor Sanz Montes señala las nuevas expectativas que se abrieron la pasada primavera en Túnez, Libia o Egipto con los cambios sociales que se introducían en aquellos países con la llamada «caída del muro árabe».
Sostiene que estos hechos no se han correspondido con las esperanzas que las primeras informaciones generaron. «Más conmovedor era todavía el relato de hermanos Obispos que trabajan pastoralmente en esas zonas que contaban la persecución, la conculcación de derechos humanos básicos, y finalmente la masacre de las comunidades cristianas»
Monseñor Sanz recuerda las palabras del Papa en apoyo de los cristianos de Egipto, «que sufren una intensa violencia», y alerta de una irresponsable ingenuidad que nos hace saludar como primavera lo que no es otra cosa que nuevas versiones expresivas de intolerancia. «Los cristianos no quisiéramos ser conquistados por nadie, sino desde la lealtad ofrecer nuestra perspectiva católica en la vida pública», añade el Arzobispo de Oviedo.
(Rd/Agencias)