Ha declinado opinar sobre la conferencia que sobre el final del terrorismo que se celebrará hoy en San Sebastián
La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal analizará en la reunión prevista pasado mañana «qué es lo que se dilucida» en la propuesta electoral del PSOE sobre algunos cambios en la legislación hipotecaria en lo relativo a la Iglesia Católica.
Así lo ha avanzado hoy el arzobispo de Valladolid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, quien ha señalado que esa propuesta, que forma parte del programa electoral socialista, «acaba de ser publicada», por lo que «no ha habido tiempo» para analizarla.
Blázquez, que ha presentado hoy en Valladolid la jornada mundial de las misiones en lo relativo a su diócesis, ha explicado que habrá que ver de qué se trata, ya que parece que se habla de inscribir una ermita, que por costumbre siempre lo ha sido, pero que no estaba adscrita a ningún propietario, «en favor de la parroquia» a la que corresponda.
«Habrá que ver lo que se dilucida ahí» y de «qué se trata», según ha sostenido Blázquez en rueda de prensa.
El arzobispo, que fue obispo de Bilbao entre 1995 y 2010, ha declinado opinar sobre la conferencia que sobre el final del terrorismo que se celebrará hoy en San Sebastián, y ha remitido su punto de vista a «una vez que tenga lugar» el citado foro.
Por otra parte, el arzobispo de Valladolid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, ha pedido hoy que todas las ayudas que se dan para las misiones se canalicen por la vía oficial, las Obras Misionales Pontificias, que es la que garantiza una mayor justicia y equidad y que no haya privilegios.
El arzobispo, que ha presentado hoy en rueda de prensa en Valladolid la Jornada Mundial de las Misiones, popularmente conocida como el Domund, que se desarrollará el 23 de octubre, ha explicado, respecto a las colectas, que en los últimos años hay «un factor» un «poco perturbador», que es que algún párroco encauza esas ayudas por la vía del hermanamiento con otros países.
Ricardo Blázquez ha explicado que la tramitación de las ayudas por los cauces oficiales garantiza «la mayor justicia y equidad», y que «no haya algunos privilegiados», y que «todos sean justamente tratados».
Unos doscientos misioneros aporta la diócesis de Valladolid al conjunto de 14.000 españoles repartidos por todo el mundo, principalmente en América -con Argentina y Perú en los primeros lugares-, aunque también en África, y otra buena parte en Asia y Oceanía, según ha referido en la rueda de prensa el delegado de misiones de la diócesis, Javier Carlos Gómez.
Desde la diócesis se han ofrecido todos los datos relativos a la colecta del Dómund del 2010, que suman 425.000 euros, con una relación detallada de lo aportado por cada parroquia, desde la que ha colaborado con 13 euros a la que ha rondado los 3.000, así como la contribución de las congregaciones religiosas y de particulares, que en este caso figuran sin nombre, y los gastos ordinarios.
Se trata de «un ejercicio de transparencia«, según ha sostenido Gómez, quien ha reconocido que la crisis también les afecta, con una caída de las aportaciones de los fieles, debida en parte por el descenso del número de feligreses, aunque en el caso de la diócesis de Valladolid el recorte «no ha sido muy significativo» porque han contado con «una herencia» como ayuda.
Los misioneros «son uno de los rostros más amables que la Iglesia tiene», ha recordado el arzobispo, quien ha incidido en el «desarraigo sociocultural» tan importante que sufren, tanto cuando van a las misiones como cuando vuelven, y el «trasplante cultural», «nada fácil», que «tienen que hacer».
El ejemplo lo ha puesto el cura diocesano vallisoletano Juan Medina, que tras doce años como párroco en la zona de la Churrería de la provincia de Valladolid lleva nueve años en Togo, en África, con una experiencia positiva que ha trasladado hoy a los medios de comunicación.
Ha tenido que aprender cuatro lenguas, que en cada caso no hablan más de 4.000 ó 5.000 personas, y conocer a la población, para no partir con los clichés y estereotipos que se pueden tener desde fuera, y se ha encontrado con un país en el que el Gobierno es prácticamente «nulo» y la actuación pública «raquítica».
De su paso por el seminario menor se quedó con ese perfil de «aventurero» o «héroe anónimo» de los misioneros, en una «visión idílica» que le duró lo que tardó en cogerse su primera crisis de paludismo y se topó con la realidad, y con ese calor, suciedad y lo mal que se comía de cuando desembarcó en África.
Nunca «ha pasado miedo», quizá por ser tenido como uno más, y tampoco ha tenido problemas en su relación con el Islám, donde la colaboración y el respeto mutuo ha asentado las bases de la convivencia, «sin rivalidades y sin hacer proselitismo». «La gente sabe que si nos vamos algo pierde».
Es cierto que está bajando el número de misioneros españoles, lo que se suple con «la primavera vocacional» de otros países, ese clero nativo al que se ayuda con becas para prepararlos, según ha explicado desde la diócesis.(RD/Efe)