Juan de Ávila será el 34ª Doctor de la Iglesia: con él serán cinco españoles: Santo Tomás de Aquino, San Isidoro de Sevilla, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y ahora, san Juan de Ávila
(Jesús Bastante).- «Un hombre del siglo XVI, que vive en el siglo XXI«, así definió María Encarnación González, postuladora de la causa del Doctorado de San Juan de Ávila, la figura de este sacerdote, maestro del siglo de oro español, cuya declaración como Doctor fue anunciada por Benedicto XVI en la pasada JMJ y cuyo acto tendrá lugar «próximamente». A tal fin, la CEE ha abierto una web, en la que se dan cuenta todos los actos de preparación, logotipos y demás actuaciones «para difundir a la opinión pública diversos aspectos sobre su persona y su obra».
«500 años después de su vida, la Iglesia y la sociedad vuelven sus ojos a este maestro, cuya enseñanza nos es realmente actual», apuntó González, quien destacó del santo que fue «contemporáneo y amigo de Teresa de Jesús, San Juan de Dios, San Ignacio de Loyola...», en un momento de cambio para España y para la Iglesia, en mitad del cisma luterano y en plena expansión tras el descubrimiento de América.
«Juan de Ávila es uno de los que contribuyó como pocos a que la energía espiritual emergiera pujante, abriendo cauces de revitalización en la Iglesia», proclamó. «Fue un sacerdote diocesano, no fundó ninguna congregación, pero contribuyó decisivamente a la creación de la Compañía de Jesús (30 de sus mejores discípulos fueron quienes abrieron la compañía) y otras. Fue uno de los primeros en la llamada universal a la santidad, y tuvo un gran contacto con los laicos«.
El Episcoapdo ve a San Juan de Ávila como «el nuevo evangelizador de Andalucía». Con tanto éxito que, como suele suceder en estos personajes, recabó envidias y recelos, hasta el punto de ser juzgado por la Inquisición.
Él fue uno de los grandes reformadores de la Iglesia. «Creía que la Iglesia necesitaba una gran reforma, y no omitió decirlo. Procuró que los sacerdotes estuvieran bien formados. Si queréis tener buenos clérigos, formadlos, decía. Para que el pueblo sencillo pueda entender lo más profundo. Y que la doctrina no sólo sea ortodoxa, sino que dé un paso más y ayude a clarificar los misterios de la fe», aclaró Encarnación González.
Los preparativos están en marcha, pero «aún no sabemos la fecha«, aclaró el jefe de prensa del Episcopado, Isidro Catela. «La mejor improvisación es la que está escrita, por eso ya estamos trabajando en ello». Tanto en España como fuera.
Juan de Ávila será el 34ª Doctor de la Iglesia: con él serán cinco españoles: Santo Tomás de Aquino, San Isidoro de Sevilla, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y ahora, san Juan de Ávila. «Ya en vida -recordó la postuladora- la figura de Juan de Ávila fue conocida en su tiempo. Fue de las personas más consultadas. Es una figura que tiene raíz, y que tenemos que regar desde aquí».
¿Cómo «vender» la imagen de un santo del siglo XVI en la Iglesia y la sociedad actual? Los responsables de la campaña lo ven claro. «No es sólo una figura eclesiástica, sino también para ser estudiada desde todos los puntos de vista. Estas personas tocan la fibra de la humanidad y esta fibra permanece a lo largo del tiempo. Él lo deja todo y se va con los pobres. El banquete de su primera misa es con doce pobres. Se queda sin nada, y era hijo de ricos (crisis). Renunció dos veces a ser obispo, y una a ser cardenal». Algo que, hoy por hoy, parece imposible en nuestra Iglesia.
«En San Juan de Ávila nos encontramos todos, porque es una figura eclesial. Nos hace a todos: a sacerdote, religiosos, laicos…», finalizó Encarnación González. Por su parte, Santiago Bohígues, director del secretariado de la Comisión Episcopal del Clero, destacó que «es el patrón del clero secular español, de todos los curas de pueblo de España. Pero este doctorado llevará a la universalización de San Juan de Ávila«.
Finalmente, Ángel Pérez Pueyo, responsable de la Comisión de Seminarios, incidió que «hoy, igual que ayer, la grandeza de una mujer o de un hombre, es la visión providente que tiene, más allá de lo que pueda llegar a hacer, es lo que pueda llegar a ver, a vislumbrar. Y Juan de Ávila, en aquella época convulsa, en crisis, en una sociedad donde los valores ahí andaban (como la de hoy) es un hombre capaz de ser maestro de santos y de unidad».